La película Días borrosos se escribió poco antes de la pandemia. Y cuando ésta llegó, detuvo su filmación. No obstante, sirvió de introspección para que Marie Benito, guionista y directora, profundizara más en los temas de la soledad y la solidaridad.

La realizadora, egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica, compartió que su filme –que se estrena el próximo 20 de diciembre en salas de la Cineteca Nacional, entre otros foros de circuito cultural– partió de una inquietud de hablar sobre las soledades en las grandes ciudades, como la Ciudad de México, donde, aunque estamos rodeados por unos 22 millones de personas, ese sentimiento nos acecha.

Benito, quien nació en Francia y vive en México desde 2002, qui-so readaptar el guión –que tuvo también la mano de la cineasta Paula Markovitch– durante la pandemia, porque justo en ese momento se exacerbaron las soledades, y también la solidaridad entre vecinos, y eso aportaba mucho a la historia.

Todo comenzó con el interés de retratar, además de la soledad, las relaciones humanas que se tejen entre extraños. Marie expresa que durante los días de encierro se acentuaron las soledades, y también se crearon lazos entre gente que era desconocida. Entonces, decidí volcar mi historia en el contexto de la pandemia. Si bien eso la condenó a una temporalidad determinada, creo que ese contexto enfatiza la soledad de mis personajes y sus conflictos internos.

En la narrativa, el personaje Emilia, interpretado por Sophie Alexander-Katz, es una bióloga soltera e independiente, cuyo objetivo principal es quedar embarazada. Al mudarse, de repente conoce a su vecino Felipe, de quien se vuelve amiga. Atraviesan el caos común global mientras buscan cómo hacer realidad sus más profundas creencias y deseos.

Marie Benito cree que “es una película necesaria en estos tiempos, con temas actuales como la maternidad asistida y el amor en todos sus matices. Deseamos plantear que hay otras formas de maternidad que se alejan de la forma convencional, de una pareja heterosexual que decide tener hijos. En este caso, esta mujer que no tiene pareja sí tiene la inquietud de ser madre, y decide serlo a través de inseminación in vitro”. La idea es abrir un poco la reflexión hacia otras formas de maternidad y también de familia, la monoparental.

Pero también habla de la solidaridad. Emilia conoce a Felipe, un vecino octagenario con el que desarrolla una amistad profunda. Ese hombre es encarnado por Enrique Barruel, quien no es actor profesional, pero parece que lo ha sido toda su vida

“Me costó encontrarlo. Lo conocí un día en un restaurante. Me recordaba físicamente a mi abuelo. Y como la historia se inspira en él y en el sentido del exilio, pues lo abordé. Le hablé del proyecto y le pregunté si deseaba hacer el casting”, recordó la cineasta.

Él se entusiasmó mucho y así trabajamos en la preparación junto con Sophie para poder embonar una actriz profesional con un actor natural que no había pisado un set en su vida. Y bueno, en algún momento, Enrique entendió lo que implicaba interpretar a Felipe, que él, como ser humano era muy contrario al personaje; normalmente, en muchos casos, cuando usamos actores naturales, solemos usar gente que tiene un poco la misma experiencia que el personaje y, en este caso, Enrique entendió que lo que necesitaba era su cuerpo, su forma de moverse, de expresarse, pero interpretando a alguien totalmente distinto a él. Y creo que funcionó muy bien.

El nuevo actor, Enrique, dijo que este encuentro casual con Marie fue sencillamente estar en el lugar adecuado, en el momento exacto. Un golpe extraordinario de suerte para mí. Ella corrió todos los riesgos y gracias a bastantes ensayos previos, también con la ayuda de Sophie, salimos adelante.

Un actor preparado trabaja con quien sea

Por su parte, la protagonista afirmó que una está preparada para trabajar con quien sea, con el compañero que sea; es responsabilidad propia que esto se suceda. La película son Emilia y Felipe, la relación entre ellos, que se exacerba debido al contexto pandémico. Esta es de las películas que me han dejado más aprendizaje a nivel actoral.

Respecto al tema de la maternidad asistida, la realizadora remarcó que en la maternidad vía científica, aunque suene fría, debes poner todo el corazón y el alma para embarazarte. Por ello, cobra otra dimensión en términos de un personaje que está llegando al final de su vida y otro que está generando una nueva; estas dos polaridades se tocan y finalmente te recuerda que la existencia es muy fugaz y que al final empezamos como terminamos.

El guion, a decir de Benito, también plantea la relación de dos seres solitarios antes de la pandemia. Creo que es importante mencionar que la gente no está sola, y no siente soledad por una pandemia, sino por las circunstancias de vida que estamos experimentando a nivel mundial. Ya antes del covid decían que la soledad es la otra pandemia a nivel global.

Agregó que cuando tienes un guion menos rocambolesco, es más fácil centrarse en los personajes, en su proceso interno, en sus emociones y, entonces, toda la energía se enfoca ahí: en el juego actoral y en las sorpresas de la vida, porque muchas veces sentimos soledad porque no tenemos amigos o nos falta una buena relación con nuestra familia. Como que en nuestro círculo inmediato no logramos empatizar, o cualquier otro problema. Entonces, sería como voltear hacia el otro y dejarse sorprender por la vida y por cualquier encuentro fortuito, porque, a lo mejor, justamente, puedes encontrar a un compañero que te saque de esa soledad.

La productora Mariana Monrroy intervino: tuvimos la suerte de hacerla rápido, justo por la pandemia. Fue un proceso complicado por el peligro, porque los seguros no cubrían una pandemia”.

Días borrosos se exhibirá a partir del 20 de diciembre en la Cineteca Nacional de Xoco, Cineteca Nacional de las Artes, Cineteca FICG, Cineforo UDG y La Casa del Cine.