Espectáculos
Ver día anteriorMartes 3 de diciembre de 2024Ediciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
En la dictadura de Pinochet, una niña que narraba historias hacía soñar a mineros

Estrenan La contadora de películas, filme basado en libro de Rivera Letelier

Foto
▲ Fotograma de la cinta dirigida por Lone Scherfig, con guion de Walter Salles e Isabel Coixet.
 
Periódico La Jornada
Martes 3 de diciembre de 2024, p. 8

La contadora de películas, largometraje que se estrenó este fin de semana en salas comeciales de la Ciudad de México, es una mirada al Chile de los años 70, en plena dictadura de Pinochet y una emotiva carta de amor al cine, la imaginación y la resiliencia frente a la adversidad, comentan los productores.

Adaptación del libro homónimo de Hernán Rivera Letelier, originario de ese país sudamericano, narra una historia de esperanza: la de una niña que tiene el don de relatar las cintas a los pobladores pobres de un pueblo minero del desierto de Atacama.

Con un elenco que incluye a Sara Becker (Baby bandito), Alondra Valenzuela (Juegos de poder) y Daniel Brühl (Bastardos sin gloria), este proyecto chileno-europeo sumerge al espectador en el complejo Chile de la década de los 70 y explora ese periodo, marcado por políticas represivas y desigualdades que impactaron a la clase trabajadora. En este escenario de censura, pobreza y miedo, emerge la historia de una niña que encuentra en el arte de contar películas una forma de resistencia emocional, iluminando la vida de quienes la rodean.

En la trama –con guion del brasileño Walter Salles y la española Isabel Coixet– dirigida por la danesa Lone Scherfig, el momento más especial de la semana es el domingo, cuando todos van al cine a disfrutar de las historias que los llevan a otros mundos.

Ambientada en los paisajes de María Elena y Pedro de Valdivia, últimas localidades mineras del norte de ese país, captura la esencia de una época cargada de contrastes: la dureza de la realidad y la esperanza que emerge a través de los sueños.

Las salitreras en Chile eran lugares aislados geográficamente y de precariedad económica; pese a estas condiciones, la existencia de una sala de cine local se convirtió en fuente de escape.

Una historial real

Los productores, Adolfo Blanco y Manuel Monzón, cuentan en sus notas, las cuales comparten con La Jornada, que Rivera Letelier “les encantó por su estilo, originalidad, humor y su erudición sobre la vida en los campamentos mineros del norte de Chile, donde él mismo vivió de niño, como minero y luego como empleado antes de dedicarse a la escritura.

Por eso, cuando se publicó La contadora de películas, decidieron adquirir los derechos, pensando que la obra tenía una fuerza increíble y universal, por su narración y, sobre todo, por el contexto que destaca: la historia del cine en una de las regiones más áridas y remotas del mundo.

En ese lugar, la Metro Goldwyn Mayer trazó los planos y proveyó la mejor tecnología de su época al cine del pueblo minero de María Elena, para inaugurarlo en 1948 con Bathing Beauty de George Sidney, historia sobre nadadores estadunidenses proyectados en medio del destierto, para público que sólo conocía la mina y sus humildes viviendas.

Confiaron la escritura del primer guion a Walter Salles, pero tras un largo periodo y por razones personales, prefirió no dirigir la cinta; lo mismo hizo Isabel Coixet, quien inicialmente tomó las riendas, pero luego se retiró. Buscaron a Lone Scherfig, quien mostró entusiasmo y terminó el guion junto con Rafa Russo (encargado por Coixet de la rescritura del guion de Salles).

“En La contadora de películas se cuenta la historia de los mineros del salitre, así como el poder del cine y su declive con la llegada de la televisión, que coincide con el pinochetismo. Pero antes, Libertad Lamarque, John Wayne, Clint Eastwood, Charlton Heston, Dustin Hoffman y Brigitte Bardot, entre otros, ocuparon la gran pantalla y permitían a los pobladores –y a María Margarita, la narradora– huir de la realidad”, señalan los productores.

El cine es un arte que se vive y se comparte con los demás, dice la joven protagonista desde su remoto desierto. Son palabras que resuenan fuertemente con nuestra realidad actual, pues hoy día, María Elena es el último pueblo chileno con población minera en esta región, donde el filme fue parcialmente rodado, así como en la vecina ciudad fantasma, Pedro de Valdivia, en la región de Atacama.

La contadora de películas, encargada de inaugurar la edición 68 del Festival de Valladolid y estrenada en el festival de Toronto, se exhibe en salas comerciales de la Ciudad de México y próximamente en la plataforma Mubi.