En México, 28.1 por ciento de las mujeres que tienen entre 20 y 24 años de edad no estudian ni trabajan de forma remunerada, mientras la proporción es de 7.7 por ciento en hombres, de acuerdo con los datos más recientes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

El nivel es inferior al promedio ponderado de la región, el cual es de 29.9 por ciento en la población femenina y 12.3 entre la masculina.

Con el promedio simple, 30.8 por ciento de las mujeres de ese rango de edad que habitan en la región no estudian ni trabajan de forma remunerada, y 11.2 por ciento de los varones están en esa situación.

A su vez, la proporción en México es menor respecto a Colombia, donde el indicador es 34.7 por ciento en mujeres y 15.4 por ciento en hombres. En Brasil es de 28.9 y 16.3, de manera respectiva.

En Chile, la proporción es 20.9 por ciento en las adultas jóvenes, y 15.5 entre la población masculina.

En la región urbana de México, el registro es 24.2 por ciento (mujeres) y de 8.3 (hombres), y en el sector rural es 41.2 y 5.3 por ciento.

Del total de las que no estudian ni trabajan, 24.9 por ciento se dedican a cuidados del hogar no remunerados, y en los hombres, la proporción dedicada a esa actividad es de 1.3 por ciento, muestran los datos de Cepal. A su vez, 2.6 por ciento de ellas dejaron de trabajar o están buscando empleo por primera vez, mientras esa situación se observa en 5.2 hombres de cada cien.

El 0.6 por ciento restante de las mujeres y el 1.2 por ciento en el caso de los hombres no estudian ni trabajan de forma remunerada por otras causas.

El indicador se calcula como cociente entre el número total de personas de cada sexo que no estudian ni están ocupados en forma remunerada y el número total de personas en ese mismo grupo de edad.

De acuerdo con Carla Pederzini, académica de la Universidad Iberoamericana, las personas que no estudian ni trabajan no tienen características similares, ya que hay quienes se dedican a las labores del hogar, otras realizan trabajos de cuidado, aquellas que están en la búsqueda de empleo y quienes presentan alguna discapacidad.

Para Pederzini, si no se generan espacios de educación y empleo para ese rango de edad, se desaprovecha el bono demográfico.

A escala mundial, 20.4 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 24 años no estudian ni trabajan, de acuerdo con los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En su informe Tendencias mundiales del empleo juvenil 2024 (GET for Youth), expone que es motivo de preocupación el grupo de jóvenes que no tienen empleo, educación o formación.