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Ciudad perdida

Apuesta por las casas de apuestas

A

hora que se pretende poner las cosas en orden respecto de la relación entre el gobierno y la iniciativa privada, y que de una vez por todas se obligará a las empresas de todo tipo a pagar los impuestos que deben, habría que preguntarnos si con esa misma vara se medirá a las empresas de apuestas que se han multiplicado en las barbas del gobierno y, según muchos, sin destinar ni un centavo de sus enormes ganancias al pago del gravamen que debieran por ley.

Según los últimos estudios sobre las casas de juegos, en el país están registradas 5 mil 466 unidades económicas destinadas a lo que se conoce como juegos de azar. Sólo en la Ciudad de México hay 662, en Yucatán 499 y en Jalisco 424.

A esos datos habría que sumar que, según el censo económico de 2019, las casas de juego lograron ingresos por 35 mil 907 millones de pesos, dinero que no se convirtió en los impuestos que deberían traducirse en beneficios para la población.

Está claro que muchos de los empresarios de éste y otros ramos buscan la forma de no pagar impuestos, y tienen razón se mira que los dineros del empresariado y de todos habitantes del país, antes de convertirse en obras o programas sociales, por ejemplo, engrosaban las cuentas bancarias de personajes que ahora viven con mucha comodidad en España.

Pero salir del país no es la idea de los dueños de los casinos, aunque sus fortunas pudieran haber crecido al amparo del poder político.

La lista de quienes tienen en sus manos el negocio de los juegos de azar no tiene desperdicio. La familia Hank Rhon controla, quizá, la empresa más fuerte de este ámbito. Su competencia más fuerte, según algunas voces enteradas, está en la empresa española Codere, y junto a ésta la filial de Televisa Play City.

Para decirlo de forma contundente: son los dueños de los grandes capitales los que tienen en sus manos el negocio de las apuestas, uno de los más rentables y menos reglamentados en el país.

En los dos recientes gobiernos, el que encabezó López Obrador y el actual, que tiene como lideresa a Claudia Sheinbaum, hay una línea de actuación que no admite desvíos: impedir la evasión fiscal. La única forma de cumplir con los programas sociales y los proyectos ferroviarios, por ejemplo, es obligar a quienes se niegan a pagar sus contribuciones a la sociedad a dejar atrás la idea de que pagar impuestos es enriquecer a la clase política, eso, ahora, ya no opera.

Por eso vale la pena preguntarse ¿cómo están los números en cuanto a las empresas de apuestas? Nada mal estaría que se dieran a conocer los datos completos por lo que hacen y probablemente deban las casas de juegos. Así que no se vale voltear para otro lado; es necesario poner las cosas en orden y dar un buen golpe sobre la mesa. Eso es todo.

De pasadita

En la agenda política de hoy está la lista de quienes aspiran a llegar a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.

Al Consejo Judicial Ciudadano llegaron las postulaciones de nueve personas que buscan el puesto.

En un intento por expandir los tentáculos del clan Batres-Alcalde, de infinita voracidad política, se busca que Bertha María Alcalde Luján se convierta en la fiscal general capitalina.

La señora Alcalde, hermana de quien encabeza hoy a Morena y quien también es hija del abogado laboral que se ha apropiado de las instancias laborales del gobierno, aunque fue directora del Issste, recientemente no pudo llegar a la presidencia del INE y tampoco logró ingresar como ministra a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Por algo será que la señora ha sido rechazada. Así que cuidado hoy cuando se tenga que definir la tercia de quienes pueden competir por el puesto. Ojo, mucho ojo.