Domingo 10 de noviembre de 2024, p. 9
A pesar de las campañas de educación sexual en escuelas secundarias y de bachillerato, profesores y directores destacaron que aún hay casos de niñas y adolescentes que reportan agresiones por parte de novios, amigos, e incluso, familiares, que generan embarazos no deseados
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En entrevista con La Jornada, aseguraron que los estudiantes tienen mucha información sobre la prevención del embarazo, no es un tema de desinformación, sino de los contextos sociales que enfrentan, donde se ve normal que aún siendo muy chicos se pueden embarazar
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En el mundo, cada año 21 millones de embarazos corresponden a madres adolescentes de 15 a 19 años de edad, de los cuales más de 50 por ciento eran no deseados, alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En México, se estima que cada día mil niñas y adolescentes se convierten en madres, lo que impacta su calidad de vida, así como sus oportunidades educativas y económicas, destaca el informe realizado por el Colegio de México.
Casos de violencia
Roberto Díaz, profesor de bachillerato tecnológico y Norma Reyes, directora en secundaria diurna, indicaron que muchas veces los estudiantes saben cómo prevenir un embarazo, pero en la mayoría de los casos, cuando se confirma es porque hubo alguna forma de violencia, y las alumnas cargan con culpa y vergüenza
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De acuerdo con el Informe Ejecutivo del Grupo Interinstitucional para la Prevención del Embrazo en Adolescente (GIPEA) 2023, de 2015 a 2023 la fecundidad en cada mil niñas de 10 a 14 años por nacimiento descendió 22.9 por ciento.
Agrega que la tasa de fecundidad forzada de 12 a 14 años también se redujo, al pasar de 3.63 a 2.80 nacimientos por cada mil niñas en ese grupo de edad, es decir, una caída de 22.7 por ciento.
En tanto, la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2024, confirma una disminución de la fecundidad adolescente, al pasar de 70.6 a 45.2 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años, entre 2018 y 2023.
No obstante, docentes alertan que muchos casos de embarazo adolescente se relacionan más con las condiciones de vida de niñas y jóvenes.
Viven en hogares donde no siempre se les protege, o incluso, es el espacio que les da más temor, por lo que no sólo se debe abordar el ejercicio de una sexualidad segura y libre, sino también garantizar su derecho a vivir sin violencia, y en un entorno que les dé afecto y apoyo, si en verdad queremos acabar con el embarazo en adolescentes
, afirmaron.