A 105 años del surgimiento del género, la Biblioteca México y NitroPress montaron un muestra en el recinto de la Ciudadela
Lunes 4 de noviembre de 2024, p. 3
Crimen, pasión y misterio son los temas que más atraen a los fanáticos de la novela negra, género literario que está por cumplir 105 años, partiendo de los primeros relatos publicados en 1920 en la revista estadunidense Black Mask, fundada por HL Mencken. Para celebrarlo, se realizó el Festival de Novela Negra 2024, organizado por la Biblioteca de México y la editorial independiente NitroPress, que reúne gran cantidad de textos, cómics y películas.
Como parte de ese encuentro, en el recinto ubicado en la Ciudadela se presenta la muestra bibliográfica Detectives, gánsters, mujeres y balazos, conformada por 60 ejemplares de cómics y textos pertenecientes al acervo de la sala general y el depósito legal de esa institución, así como títulos de las bibliotecas personales de Carlos Monsiváis, Jaime García Terrés, Alí Chumacero, Antonio Castro Leal y Luis Garrido.
En entrevista con La Jornada, el curador de la exposición, Martín Hernández González, habló sobre el creciente interés de los lectores en este género que, más allá del morbo, invita a una reflexión sobre los problemas de la sociedad
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El académico explicó que la selección de títulos fue muy complicada, pues teníamos detectados más de 150, y nos quedamos con 70. Nos ayudó mucho la editorial NitroPress, ya que una de sus líneas fuertes es este género. Nuestra intención era que el público supiera que a los grandes escritores siempre les ha fascinado el misterio, el crimen, la violencia, y cómo afecta esto a la sociedad
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Historias con obstáculos
Cuando surgió la novela negra, en la década de 1920, había un panorama social negativo (...) en Estados Unidos. En estas historias hay muchos obstáculos, un camino que no es agradable ni positivo. Es un llamado a denunciar la violencia que se vivía en esas ciudades. No sólo es morbo, sino denuncia
, reiteró Martín Hernández González.
A diferencia de la novela policiaca, en la que hay justicia tras una investigación, no se deja en abandono a la sociedad y se cumple la función para la comunidad, en la novela negra vemos que el problema requiere un revulsivo: alguien externo que llegue a investigar y resolver el crimen, pero cercano a un camino de venganza. Aquí no hay un final feliz y el contexto no cambia, detalló el experto.
Según Hernández González, los problemas que exhiben estas obras son variados: la corrupción policiaca, un retrato de las bandas delictivas y los mafiosos, la carencia y las condiciones adversas.
La novela negra, continuó, “era un reflejo de la crisis económica y la mafia. Es algo que es muy similar a lo que sucede con el narcotráfico en América Latina. Este panorama influye a muchos escritores de la actualidad.
Los amantes de este género han aumentado por la percepción que tiene la sociedad de los crímenes de hoy. También está muy relacionado con el aumento de contenido en las notas rojas de los periódicos.
El género en México
Para los mexicanos, agregó, la novela negra es muy popular; esto va muy de la mano de la necesidad de justicia, porque “nos habla de la falta de aspectos socioculturales que moldean aspectos creativos de los escritores actuales.
La ausencia de ley y autoridad no es nuevo. Nuestro sistema es muy endeble y lo refleja mucho la literatura. En estas colecciones descubrí que estos escritores también eran fanáticos del género y que daban seguimiento a estas reflexiones.
El curador aseguró que se trata de un reclamo general: “En estas historias la policía no te ayuda a resolver absolutamente nada, es el protagonista el que tiene que brincar los obstáculos, algunos de los cuales son los mismos uniformados.
La sociedad se siente muy vinculada con estos reclamos, y por eso es que también nos interesa mucho la novela negra como público mexicano. Curiosamente, estas lecturas funcionan como oasis, porque nos están contando lo que está pasando en otros puntos de este país y a la vez nos permite entender la idiosincrasia de esos lugares. Por eso es importante esta muestra
, concluyó Martín Hernández.
El Festival de la Novela Negra terminó este fin de semana con lecturas de los libros Madafakers!, de Macaria España; El edén A.I.P., de Manya Loria, y Luz de naranjos, de César Gándara. Ayer, en la biblioteca personal de Antonio Castro Leal, se leyó El don del diablo, de Omar Delgado, y la novela Un acto de amor, de Tania Tinajero.
También se incluyó el ciclo de cine Los Demonios de la Ciudad, en el que se proyectaron cintas relacionadas con este género, como El halcón maltés, La sombra de la duda, Gilda, Extraños en un tren y Chinatown.
La muestra Detectives, gánsters, mujeres y balazos permanecerá hasta el 24 de noviembre en la galería Abraham Zabludovsky de la Biblioteca México (Ciudadela 4, colonia Centro, alcaldía Cuauhtémoc).