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Público mexicano da su toque al GP, coincide piloto argentino
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de octubre de 2024, p. a10

Hay un lugar que común sobre el público mexicano que asegura que es uno de los más cálidos y entusiastas del mundo. El piloto argentino de Williams, Franco Colapinto, insistió en ello y dijo que pese a lo accidentado que fue el Gran Premio de México 2024, lo mejor de todo fue la gente.

Los latinoamericanos somos los mejores en eso, somos picantes como ninguno en el mundo, declaró convencido. Y había que echar un vistazo a las gradas para ver cómo se comporta el mexicano cuando se aglutina en multitud festiva. Son pintorescos, ocurrentes, bromistas y fiesteros. En las carísimas localidades del autódromo Hermanos Rodríguez abundaban máscaras de luchadores y cascos de las escuderías en disputa. Alguien se tomó el tiempo para hacer una imagen de poco más de un metro con Checo Pérez como si fuera el Sagrado Corazón. Ahí estaba el rostro del tapatío con su pecho púrpura y refulgente, con esas manos que parecen mandar bendiciones.

Casi todos los aficionados están uniformados con las prendas de los equipos de Fórmula Uno, en donde manda Red Bull, gracias a la presencia del héroe local. Con Checo o sin Checo, el Gran Premio de México seguirá porque ya somos muchos aficionados de años atrás y ahora hay demasiados nuevos seguidores gracias al piloto mexicano, asegura un asistente que sigue la Fórmula Uno desde hace décadas.

La pasión y la cartera

Esta pasión la demuestra con el entusiasmo y la cartera, pues entrar a este espectáculo resulta particularmente costoso. Aún así, el desfile de tarjetazos no cesa en las tiendas de artículos oficiales en donde una gorra cuesta 3 mil pesos, pero hay prendas que rebasan los 7 mil pesos, como una chamarra de la escudería McLaren.

Yo trabajo y guardo una suma para comprar mis boletos un año antes. Ahorro para venir, pero no compro productos aquí porque están carísimos. Prefiero comprarlos en línea porque son hasta mil pesos más baratos, dice Erik, quien vino de Durango y debe agregar a sus gastos 2 mil pesos por un par denoches que pagó en un alquiler de Airbnb.

Otros quieren dejar claro que este día se permiten actividades que asumen como un juego exótico, digamos el viajar en Metro, que para algunos es la rutina de supervivencia y para otros una excursión anual. Sólo quiero abonar a la tarjeta (de transporte) para regresar. No voy a usarla más hasta el próximo año, dice en voz alta un hombre mayor para dejar claro que no necesita moverse en ese tipo de servicio. Otros juegan y canturrean por la emoción viajar de este modo, algo que no necesitan hacer el resto del año.