Moscú. En lo que se define como un choque frontal en Georgia, la república ex soviética del Cáucaso del sur, el gobernante partido Sueño Georgiano y la fragmentada oposición, que defienden proyectos de gobierno antagónicos, van a dirimir este sábado en las urnas qué curso seguirá el país en los próximos años.

En este sentido, las elecciones legislativas, que renovarán la composición del Parlamento, son consideradas por todos los partidos que se disputan los 155 escaños casi un extraoficial referendo nacional.

Esta votación debe poner fin a la polémica que envuelve la eventual adhesión de Georgia a la Unión Europea (UE), en principio apoyada por entre 70 y 80 por ciento de la población, de acuerdo con varias encuestas recientes, al tiempo que el Sueño Georgiano –sin oponerse a la integración europea– se inclina por ralentizar el proceso para evitar lo que denomina un abierto desafío a Moscú.

Sin embargo, las leyes que adoptó el Sueño Georgiano, que se contradicen con la legislación europea al entorpecer el funcionamiento de los partidos de oposición y restringir las libertades en materia de diversidad sexual, afectaron la relación de Tiflis con Bruselas, que amenaza con revertir el acercamiento al suspender el estatus de país candidato a ingresar a la UE, otorgado en diciembre del año anterior, y con Washington, que impuso restricciones en sus visados a decenas de funcionarios y representantes del partido gobernante por vulnerar la democracia en Georgia.

Historial de confrontación

Los meses previos a la cita en las urnas estuvieron marcados por la confrontación entre la mayoría oficialista en el Parlamento y la presidenta del país, Salomé Zurabishvili, que ejerció su derecho al veto contra esas leyes, veto que resultó superado con facilidad por los diputados del Sueño Georgiano y sus aliados, agravando aún más las protestas de los inconformes en la calle.

Ahora, los georgianos tendrán la oportunidad de elegir a sus representantes al Parlamento mediante el sistema proporcional –antes era sólo la mitad y la otra, mediante votación directa– y las fuerzas políticas inscritas en las boletas podrán acceder a la Cámara de diputados si superan la barrera de 5 por ciento de la votación.

El principal partido de oposición, el Movimiento Nacional Unificado, fundado por el ex presidente Mijail Saakashvili, actualmente condenado a prisión por ingresar al país de modo ilegal escondido en un camión, formó una alianza electoral con la Estrategia Agmaneshebeli y Georgia Europea. Los tres se presentan como parte del bloque Unidad – Movimiento Nacional.

Se formaron otras dos agrupaciones opositoras más o menos grandes, Coalición por los Cambios y Georgia Fuerte, que van por separado, lo mismo que el partido Por Georgia, creado por el ex primer ministro Giorgi Gajaria.

Fundado por el magnate Bidzinia Ivanishvili, quien amasó su fortuna haciendo negocios en Rusia, el gobernante Sueño Georgiano, que lleva 12 años en el poder, se muestra optimista de obtener un contundente triunfo.

Ivanishvili, que encabeza la lista de candidatos a diputado de su partido, exhorta a elegir entre la paz que dice representar el Sueño Georgiano y la guerra, que –en su opinión– tratan de imponer a Georgia influyentes fuerzas extranjeras, dando a entender que Estados Unidos y sus aliados mueven los hilos de la oposición para abrir un segundo frente contra Rusia.

Sus adversarios acusan al Sueño Georgiano de aislar internacionalmente el país y de servir a los intereses de Rusia, y confían en que no pueda alcanzar la mayoría, con lo cual tendría que formarse un gobierno de coalición, escenario que favorecería a la fragmentada oposición.

Todos se ven ganadores

Al respecto, la mayoría de los partidos que se enfrentan al Sueño Georgiano firmaron la Carta Georgiana, compromiso propuesto por la presidenta Zurabishvili deanular inmediatamente después de las elecciones todas las leyes que frenan la integración del país con Europa. Según este documento, la presidenta formaría el gobierno y, una vez terminado el periodo de reformas estipuladas en la carta, convocaría elecciones libres y justas en Georgia.

Cerradas las campañas con multitudinarios mítines, todo está listo para la votación del sábado, un día en que el partido gobernante y la oposición ya se ven ganadores y que, sin duda, va a decidir el futuro de Georgia.