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M20/Matamoros Ejido 20, archivo vivo en movimiento de una sociedad

Documental sobre la danza y los hombres que la ejecutan

 
Periódico La Jornada
Viernes 18 de octubre de 2024, p. 8

La bailarina Leonor Maldonado no sabía cuánto iba a cambiar su vida cuando una amiga coreógrafa le mostró un video en YouTube de la vistosa danza de Matamoros. La reacción que le provocó cambió su visión a tal grado de colgar las zapatillas de ballet para cargar al hombro la cámara de cine. El resultado es el documental M20/Matamoros Ejido 20, su debut como cineasta.

En entrevista, Leonor Maldonado narró: “Mi primera reacción fue visceral, como si algo me jalara las entrañas e inmediatamente después pensé: ‘¿qué pasa en la vida de estos hombres para que tengan que moverse de esta manera?’ Tenía la sensación de estar viendo un archivo vivo, en movimiento, de una sociedad y un momento cultural específico. En ese momento, como bailarina y coreógrafa, tenía muy presente la pregunta: ¿de qué manera poner nuestros cuerpos, cuando hay tantos cuerpos que nos faltan en México? Y, al conocer la danza del Ejido 20 de Matamoros, me di cuenta de que ellos habían encontrado su respuesta a esa pregunta y tuve claro que necesitaba conocerlos. Decidí que me interesaba hacer un documental sobre la danza y los hombres que la ejecutan, partiendo de mis herramientas coreográficas, resignificándolas y traduciéndolas al lenguaje cinematográfico”.

En realidad Leonor confesó que pensaba ofrecer esa historia a varios amigos cineastas, pero desistió por la simple razón de que ellos no verían ni sentirían lo que yo estaba atestiguando.

M20/Matamoros Ejido 20 narra las limitadas posibilidades de un grupo de jóvenes destinados a engrosar las filas de algún cártel de drogas, del crimen organizado o trabajar 12 horas en las maquilas. Este grupo de hombres de barrios marginales de Matamoros, Tamaulipas, encuentra refugio al crear una danza que golpea el piso, que contradice y rompe los estereotipos de su contexto y lo que se espera de sus vidas. Entre la fiesta y lo sagrado, estas personas construyen su identidad y sus maneras de relacionarse y sobre todo de cambiar su destino.

En la charla, la directora mencionó: No aprendí a ejecutar esa danza y es una de las cosas que lamento, no porque no quisiera, sino porque había salido de una cirugía y no podía mantenerme entrenada. De hecho, el protagonista de la cinta, El Rigo, me decía que inventáramos un paso juntos, pero no se logró porque mi cuerpo ya no me dio.

La cineasta vio historias de vida en el movimiento de cada uno de los danzantes y se percató que esos cuerpos que bailaban no era mi cuerpo ni el de nadie que yo conociera. El reto era contar cómo viven esos hombres, esos cuerpos que realizan esa danza. La vi miles de veces y quería filmarla desde dentro para que la cámara también bailara. Pero las cosas tomaron tiempo, nos fuimos poco a poco acercando y conociendo. Hice muchas entrevistas con el ánimo de conocer sus historias y de pronto me encontré entre la información de ellos y la parte sensorial. Para el armado dejé sólo la parte necesaria para entender la historia de los diferentes tipos de hombres que danzan y me concentré en el baile.

M20/Matamoros Ejido 20 tiene también un aspecto de religiosidad, Leonor señaló: “Eso me parece algo muy importante, porque ellos tienen una devoción y fe en la danza misma. Hay una parte del documental donde se muestra cómo mucha gente llega a pagar su manda y hacen su penitencia, la diferencia es que los danzantes, mientras realizan su contrición, todo el grupo los va arropando y les va dando su energía. Los van cuidando hasta llegar al altar de la virgen, es un acto de amor muy fuerte, inclusive ellos afirman ‘los hombres machos nos permitimos ser vulnerables, abrazarnos y besarnos’. En ese momento dejan salir todo lo que sienten, te confronta, porque todo el tiempo se están cabuleando y muchos de los hombres que salen abrazándose son bien rudos y cuando pagan su manda muestran su amor como hermanos. La danza se vuelve como una fe expandida a la comunidad y al barrio”.

Foto
▲ Fotogramas del documental de la realizadora Leonor Maldonado

La coreógrafa confesó que grabó muchos ensayos porque deseaba transmitir al público la emoción que se siente verlos en vivo: se te enchina la piel al verlos bailar, por eso grabé sus movimientos mientras ensayaban, para plasmar lo emocionante que es en directo.

La directora reveló: me cambió mucho hacer ese documental, desde mi feminismo tenía cosas muy claras y cuando llegué a esa otra realidad, tuve que romper mis esquemas para entenderme con los otros. Comprender que estás en un espacio distinto al tuyo, con otras reglas, que no puedes juzgar ni decir cómo deben ser las cosas, porque ellos son los expertos y uno sólo aspira a que lo acepten y le cuenten. A eso fui, a entenderlos sin prejuicios en un lugar tan peligroso y complejo como la frontera norte del país, por otro lado me cambió la vida, al grado de dedicarme ahora al cine y estar emocionada de seguir aquí. Fue algo muy poderoso.

Tras reflexionar sobre su trabajo, Leonor comentó: “siento que M20/Matamoros Ejido 20 es una película muy mexicana y latinoamericana que ha sido recibida en los festivales con mucho amor. Es muy emocionante para el público ver el poderío de estos hombres y ver otro lado del problema del crimen organizado y el narcotráfico. Creo que este documental tiene otra narrativa de la que ha imperado en las series y películas sobre el tráfico de drogas.

El público la ha recibido muy bien y espero que ahora que se estrena continúe conectando con las personas, porque cada vez va menos gente al cine, aunque la cinta en la Cineteca Nacional tendrá mejor suerte, ojalá impacte de una manera chida.

Leonor concluyó: “es una película para verse en el cine porque es un diálogo entre los cuerpos del documental y los del espectador, con un diseño sonoro que es de 5.1, que nos costó mucho trabajo hacer, es una experiencia completa. Además, permite conocer la compleja situación que viven los hombres en los barrios más peligrosos de Tamaulipas y quitarnos los prejuicios de que todos son hampones porque están inmersos en una narcocultura, pero ellos son más que eso”.

La cinta M20/Matamoros Ejido 20 llega la próxima semana a las salas comerciales y el circuito independiente de exhibición del país.