Buenos Aires. Alumnos de las facultades de Filosofía y Letras y Sicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), así como de otras instalaciones educativas, tomaron desde el primer minuto de ayer ambos edificios en la capital argentina para exigir al Congreso que rechace el veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario sancionada por el Congreso.

Al mismo tiempo, el personal del Hospital Garrahan, prestigioso centro pediátrico, inició un paro de 48 horas con movilizaciones callejeras en reclamo de aumentos salariales, y en rechazo a las políticas de ajuste del gobierno de Milei.

“La toma de las facultades se organizó en respuesta al veto de Milei a la Ley de Financiamiento Universitario”, que se vota hoy en el Congreso, ratificó a la agencia Sputnik una de las participantes, Yohanna Cardoso Marino.

Dicha ley fue sancionada el 13 de septiembre por el Senado, pero fue vetada por el presidente a pocas horas de concluir –el pasado miércoles– la segunda marcha federal universitaria que organiza el sector educativo en cinco meses.

En la toma de las facultades participan estudiantes y también docentes, como yo, que acompañamos con clases públicas, también exigiendo a las centrales sindicales, la Confederación General del Trabajo y la Central de Trabajadores de Argentina, un paro nacional que incluya todos nuestros reclamos, indicó Cardoso Marino.

Las tomas, que también se proyectan sobre la Facultad de Veterinaria de la UBA, se mantendrán hasta hoy, cuando está prevista una movilización al Congreso nacional para exigir que se rechace el veto de Milei.

Los alumnos de los colegios preuniversitarios Nacional Buenos Aires y la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, dependiente de la UBA, y la Universidad Nacional del Arte, también tomaron las instalaciones desde la medianoche del lunes.

La comunidad universitaria se mostró conmovida por el posible cierre del Hospital Laura Bonaparte, el único centro de salud a nivel nacional especializado en salud mental y consumos problemáticos, que también fue tomado por sus trabajadores.

Los médicos y otros empleados del Hospital Garrahan, que atiende las patologías más severas de menores de Argentina y países vecinos, exigen 100 por ciento de aumento salarial para recomponer la pérdida del poder adquisitivo que causó la inflación. También piden que el presupuesto hospitalario sea fortalecido.

Norma Lezana, secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos del hospital, dijo a la prensa que de agosto a agosto la inflación es de 236 por ciento y nuestro sueldo aumentó sólo 100 por ciento en ese periodo.

El Hospital Garrahan atiende 40 por ciento de la patología oncológica infantil en Argentina y realiza 60 por ciento de los trasplantes. Es el centro de referencia en la atención de cardiopatías congénitas y enfermedades poco frecuentes.