Ante el persistente incremento de diabetes, obesidad e hipertensión arterial en México, expertos en nefrología pronostican que los derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que requieran terapia de remplazo renal aumentarán 25 por ciento en 10 años, es decir, pasarán de casi 80 mil pacientes a 100 mil, puesto que la población más afectada con enfermedades renales es la que padece una enfermedad crónica.

En la presentación del manual Introducción al enfermo renal crónico; guía para la prevención, diagnóstico y tratamiento, elaborado por el nefrólogo Antonio Méndez Durán, miembro del Colegio de Nefrólogos de México –y cuenta con colaboraciones de nueve especialistas en nutrición, tanatología, entre otras disciplinas–, se destacó la importancia de crear una estrategia nacional en la materia.

El también miembro de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión señaló que, de acuerdo con datos reportados por la Organización de Naciones Unidas, 15 millones de mexicanos, 11 por ciento de la población, presentan algún grado de daño renal y 150 mil pacientes reciben alguna terapia dialítica (diálisis y hemodiálisis). Advierte que las cifras son estimadas ante la falta de existencia de una medición a escala nacional. Sabemos cuántos diabéticos [hay]; cuántos hipertensos; cuántos obesos, ninguna aborda al enfermo renal.

Las principales causas en pacientes que ingresan a diálisis en México, señaló, son diabetes mellitus, en 52.7 por ciento de los casos; hipertensión arterial, 34.2 por ciento; glomerulopatías crónicas, 7 por ciento; riñones poliquísticos, causas congénitas, y complejo nefropatías o tubulointersticial, 2 por ciento, respectivamente.

Por lo anterior, el especialista estima que de los casi 80 mil pacientes en terapias dialíticas que tiene el IMSS, en 10 años rendrá un aumento de 25 por ciento, pues puede llegar a 100 mil casos, lo cual pondrá en riesgo las finanzas del sistema de salud y cobra mayor interés el catasfrofismo de la enfermedad al requerir mayores recursos humanos e infraestructura.

De acuerdo con el instituto, en 2024 existe un registro nacional de 79 mil 689 personas en terapia de remplazo renal, de los cuales 46 por ciento, es decir, 36 mil 853 derechohabientes, reciben tratamiento con diálisis peritoneal y 54 por ciento, 42 mil 836 pacientes, se encuentran en tratamiento con hemodiálisis en sus dos vertientes: externa e interna.

Por ello, Méndez Durán señaló la importancia de la nefrología preventiva, pues un paciente que recibe medidas preventivas puede aplazar, al retardar el daño renal, el ingreso a terapia hasta 10 años, lo cual es muy importante, porque un paciente en una terapia dialítica tiene una supervivencia en México de unos 30 meses, de ahí la relevancia de poner en marcha estrategias de los modelos preventivos.

Azúcar y sodio

La enfermedad crónica renal es la pérdida progresiva de la función de los riñones. Ocurre como resultado de enfermedades crónicas ­(diabetes mellitus, hipertensión arterial, obesidad, dislipidemia o gota), trastornos metabólicos y malformaciones congénitas. Al ser asintomática en sus fases iniciales, la detección se produce en etapas avanzadas.

A esto se suman los hábitos y costumbres de la población, al prevalecer el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ricos en sodio.