Se le concedió por su riqueza imaginativa, idealismo y talento narrativo que se evidencian en sus obras
, justificó la Academia sueca en 1909
Lunes 7 de octubre de 2024, p. 3
Reconocida por su lucha feminista, la escritora sueca Selma Ottilia Lovisa Lagerlöf fue la primera mujer en ganar el Premio Nobel de Literatura, en 1909, por su riqueza imaginativa, el idealismo y el talento narrativo que se evidencian en sus obras, que son apreciadas dentro y fuera de las fronteras de Suecia
, dijo hace 115 años Claes Annerstedt, presidente de la Academia sueca.
Lagerlöf recordó a su difunto padre durante su discurso en el banquete del Nobel, en el Grand Hotel de Estocolmo, donde afirmó que tenía una deuda: ¿cómo podré pagarles por enseñarme a amar los cuentos de hadas y las sagas de héroes, la tierra en la que vivimos y toda nuestra vida humana, con toda su miseria y gloria? ¡Cuánto no les debo a sus travesuras locas! Y los hombres y mujeres viejos sentados en sus pequeñas cabañas grises cuando uno sale del bosque, contándome maravillosas historias de espíritus del agua, troles y doncellas encantadas atraídas a las montañas. Fueron ellos quienes me enseñaron que hay poesía en las rocas duras y los bosques negros
.
Infancia en Mårbacka
Selma Lagerlöf nació el 20 de noviembre de 1858 en Östra Emterwik, Värmland, Suecia. Vivió su infancia en una finca familiar llamada Mårbacka, situada entre pintorescos lagos y bosques. En ese entorno descubrió su amor por la narración escuchando los cuentos populares de la cultura escandinava que le contaban su abuela y los habitantes del pueblo.
A los tres años sufrió una displasia infantil de cadera, lo que le impedía jugar con otros niños, por lo que desarrolló una gran afición a la lectura, que la llevó a conocer tempranamente a autores como Hans Christian Andersen, los hermanos Grimm, Alejandro Dumas o Walter Scott. Ella describía su niñez feliz, comiendo manzanas y fresas del huerto, cantando con sus hermanos mientras su padre tocaba el piano.
En 1873 viajó a Estocolmo a terminar sus estudios. La situación económica familiar era muy mala, al igual que la salud del padre, así que se vio obligada a ejercer una profesión para trabajar y eligió la docencia. Su hermano Johan le consiguió un préstamo para que ella estudiara.
Lagerlöf ingresó en la Escuela de Formación de Profesores para Mujeres. Al graduarse, murió su padre, y con ello la familia optó por vender Mårbacka, la cual habían heredado y conservado por generaciones. La mansión fue recuperada por la poeta en 1907 y ahora es un lugar abierto al público que cuenta con un café y un jardín conmemorativo.
La primera gran oportunidad llegó a la autora en 1890, cuando ganó un concurso literario; con el dinero del premio se tomó un año sabático para terminar su libro La saga de Gösta Berling (1891), la cual publicó al año siguiente. En la obra emplea elementos sobrenaturales para referirse a la cultura y costumbres suecas. Al principio la publicación pasó desapercibida, hasta que fue traducida al danés.
Poco a poco fue ganando un espacio en el mundo de las letras, gracias al financiamiento de la filántropa Frederika Limnell, la beca a perpetuidad que le concedió la corona en 1895 y el apoyo de la Academia sueca; eso la animó a abandonar la docencia por completo. Junto con su pareja, Sophie Elkan, Lagerlöf emprendió dos viajes que influyeron en sus próximas obras.
En su paso por Italia, escuchó una leyenda sobre la sustitución falsa de la figura del Niño Jesús, lo que la inspiró a escribir, en 1897, Antikrists Mirakler (Los milagros del anticristo), novela ambientada en Sicilia. Después publicó Jerusalem (1901-1902), obra de dos tomos que narra la historia de unos campesinos suecos que emigraron a Tierra Santa.
A sus 44 años, en 1902, la Asociación Nacional de Profesores le encomendó escribir un libro de geografía para niños; de ahí salió Las maravillosas aventuras de Nils (1906). Lagerlöf creó la historia de Nils, un niño que se hizo chiquito por un encanto y debe sobrevolar Suecia arriba de un ganso para volver a casa. Es de sus obras más famosas. Ha sido traducida a más de 30 idiomas y adaptada a varias películas.
Entre sus obras destacan De una granja sueca (1899), Trolls y hombres (1915), y las autobiográficas Mårbacka (1922), El niño duende (1930) y El diario de Selma Lagerlöf (1932).
Lagerlöf también fue activa vocera del movimiento sufragista de su país, hasta que se logró el voto femenino en 1919. La autora murió en marzo de 1940 tras sufrir un derrame cerebral a sus 81 años.
Fuente de inspiración
En 1909, a sus 51 años, Lagerlöf recibió el Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose en la primera mujer galardonada con esta distinción; fue el parteaguas para el reconocimiento de las mujeres en las letras. Le siguieron Grazia Deledda (1926), Sigrid Undset (1928), Pearl S. Buck (1938), la chilena Gabriela Mistral (1945, única latinoamericana de la lista), Nelly Sachs (1966), Nadine Gordimer (1991), Toni Morrison (1993), Wisława Szymborska (1996), Elfriede Jelinek (2004), Doris Lessing (2007), Herta Müller (2009), Alice Munro (2013), Svetlana Aleksiévich (2015), Olga Tokarczuk (2018), Louise Glück (2020) y Annie Ernaux (2022).
Varios discursos de aceptación a este premio han mencionado a Lagerlöf como gran inspiración e influencia, como la alemana Nelly Sachs, a quien ayudó para huir de la persecución nazi. Sachs agradeció su apoyo y detalló que su llegada a Estocolmo fue como un cuento de hadas convertido en realidad
.
También, el japonés Kenzaburo Oé dijo en 1994 que llegar ese país le recordó la novela de su infancia: El maravilloso viaje de Nils.
Con información de https://www.nobelprize.org/prizes/literature/1909/lagerlof/biographical/