París. El nuevo gobierno, inclinado a la derecha, del presidente francés, Emmanuel Macron, empezó a dar sus primeros pasos ayer bajo la amenaza de una moción de censura de la izquierda y la voluntad de influir de la extrema derecha.

Durante el primer consejo de ministros, celebrado ayer, Macron llamó al gobierno a mostrar humildad y espíritu de diálogo, incluso con los franceses que no votaron por ellos, indicaron varios participantes.

Francia entró en una nueva fase de esta crisis que Macron provocó al adelantar de manera sorpresiva, el pasado junio los comicios legislativos de 2027, cuyo resultado fue una dividida Asamblea Nacional (Cámara baja), sin mayorías.

Para solventarla, el presidente, que no puede disolver de nuevo la Asamblea hasta julio, nombró dos meses después al conservador Michel Barnier en el cargo de primer ministro con la misión de formar un gobierno de unidad.

Pero el veterano político de 73 años sólo pudo atraer a la alianza de centroderecha de Macron, la cual está en el poder desde 2017, y a su propio partido conservador, el hasta ahora opositor Los Republicanos.

La coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular, que pedía gobernar como primera fuerza en los comicios, ya anunció que presentará una moción de censura contra el nuevo gobierno, que queda a merced de la extrema derecha.