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El paramilitarismo no ha parado desde 1997, asegura investigadora

Éxodo de chiapanecos crece hacia el norte del país por la violencia

Afirma: disputas entre grupos del crimen organizado por el territorio provocaron los desplazamientos

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No existen datos precisos del número de personas que han tenido que dejar sus hogares, y sin cifras hay una invisibilización del fenómeno, afirmó América Alejandra Navarro López, investigadora del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur.Foto Elio Henríquez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 10 de septiembre de 2024, p. 30

San Cristóbal de Las Casas, Chis., La migración se disparó en los municipios serranos de Frontera Comalapa y Chicomuselo a partir de 2021, cuando aumentó la violencia por la disputa del territorio entre grupos del crimen organizado. Los pobladores se van al norte del país y buscan refugio en Estados Unidos, expuso América Alejandra Navarro López, investigadora del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur (Cimsur), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En entrevista, destacó: algo muy importante es que después de 1994 o de 1997, el paramilitarismo no ha parado y es algo que no se menciona. Sigue vigente y las personas lo señalan, hay grupos muy armados. Decir que sólo el narcotrafico que provoca los desplazamientos no corresponde a un análisis responsable, porque son muchos más actores.

La especialista señaló que no existen datos precisos del número de personas que han tenido que dejar sus hogares a consecuencia de la violencia e inseguridad en varias regiones de la entidad porque no hay un censo oficial.

Sin los datos hay una invisibilización del fenómeno, porque se habla más de cuerpos desmembrados y del tránsito internacional de las personas, etcétera. Felipe Calderón (presidente de México en el periodo 2006-2012) comenzó la militarización que sigue vigente y no se frena la violencia. Habría que preguntarse si es la mejor estrategia, afirmó Navarro López.

La investigadora del Cimsur explicó que las personas desplazadas no se quedan ni siquiera en Chiapas, debido a que este fenómeno, que ahora es interno, está pasando a lo internacional, porque la gente tiene miedo de quedarse aquí, ya que les incendian las casas, reclutan a los jóvenes y matan a los que se oponen.

Manifestó que el desplazamiento forzado “se ha disparado a raíz de la narcoviolencia, pero sería irresponsable decir que únicamente es por eso. Hemos escuchado a las autoridades federales y estatales que culpan fácilmente al narco, ya sean los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa o los desplazados de Chiapas”.

Me parece que es un despropósito y una irresponsabilidad histórica, porque si vemos la secuencia de los desplazamientos que se viven en los territorios de los Altos de Chiapas y cómo se va extendiendo, hay una diversidad de actores, de intereses políticos y económicos, cuestiones culturales, riquezas naturales o proyectos mineros extractivistas de los que no se ha hablado, puntualizó.

Navarro López trabaja en un proyecto titulado Desplazamiento forzado, cambios y transformaciones de las territorialidades indígenas en la frontera sur de México entre 1970 y 2024.

Es de corte geográfico e histórico, vinculado a la vez con las territorialidades indígenas, comentó.