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60 años del Sutin en la historia de México

E

nvío un gran saludo con afecto revolucionario al 29 Congreso Nacional Ordinario del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear (Sutin). Y mi más profundo reconocimiento al sindicato por su aniversario 60 (10 de septiembre de 2024).

Grandes episodios de lucha ha escrito el gremio nuclear. Y, pese a los obstáculos y críticas de quienes ignoran los enormes beneficios de esta fuente de energía limpia y siguen atacando sin fundamento, hemos continuado en la búsqueda de mejores momentos. Pero aquí seguimos, desde nuestros frentes legítimos. Tengo la seguridad de que continuaremos generando propuestas viables, cuestionando las políticas públicas para mejorarlas y asimilando los avances de la ciencia física y otras.

Seguiremos pugnando por vencer aquellas decisiones que han marginado el desarrollo de la industria nuclear y, por otro lado, estamos firmes estimulando a las que mantengan el apoyo decisivo para que la soberanía energética de nuestro país sea un gran logro nacional. Recordemos que el Sutin, como otros sindicatos, surgió de la lucha de sus trabajadores y de forma democrática. Y así continuamos, libres y democráticos. ¡Hasta la victoria, compañeros! ¡Viva el Sutin!

Antonio Gershenson

Llamado a legisladores de la oposición

Los partidos políticos que de manera obcecada se han opuesto a la voluntad del pueblo han ido perdiendo, en consecuencia, presencia en el ámbito nacional con una aguda tendencia a desaparecer, como le sucedió al PRD. Estos que abandonaron su ideología de origen y se unieron cínicamente a las corrientes de la ultraderecha, se quedaron sin la oportunidad de fortalecerse y subsistir, ya que no se sumaron a las causas populares de cambio. Sin embargo, queda la oportunidad histórica para algunos de sus legisladores que, siguiendo sus verdaderos principios ideológicos, rectifiquen con valentía su posición y se unan al pueblo, como ya lo han hecho algunos de sus compañeros. Ésta es la última llamada.

Isaías Espinosa

Mexicanos deciden cómo gobernarse

El pasado viernes circuló un escrito de 13 páginas a nombre de 31 magistrados y 30 jueces del Poder Judicial del país y otras personas más; lo encabezan Catalina Álvarez R. y Luis Villegas M.

El documento se entregó en empresas, sindicatos e instituciones oficiales, al menos en la Ciudad de México. Está dirigido en primer lugar a las honorables embajadas de Estados Unidos y Canadá y a una larga lista de destinatarios.

Se titula Prejuicios en la economía nacional por incumplimiento al T-MEC. Con el siguiente subtítulo Reforma judicial de la Federación: consecuente incertidumbre de otros socios comerciales de diversos países. Y preocupados más por lo que se comenta en el extranjero, se afirma que las relaciones comerciales de México con otros países requieren del mantenimiento de tribunales independientes, lo que esos togados suponen que se pierde con la reforma del Poder Judicial y señalan como prueba: las últimas elecciones del país fueron de las más violentas.

Los signatarios, además de rubricar viles mentiras como cualquier vulgar medio informativo, centran su preocupación en el comercio internacional afectado y piden el auxilio de gobiernos extranjeros, para resolver el problema de la reforma.

Suena increíble que haya jueces y magistrados, que para resolver temas nacionales, acudan a buscar la presión de otros países contra el gobierno Federal y el Congreso de la Unión. Ellos son los que deben vigilar que se cumpla lo que dice la Constitución; sin embargo, sus acciones van encaminadas a traicionar a la patria. Como en el siglo XIX, cuando Miguel Miramón y Tomás Mejía, buscando acabar con la Constitución de 1857, acudieron a Napoleón III, a sus tropas y a Maximiliano para resolver un asunto exclusivo de México.

Bertha Galeana, M. Luisa Campos, Lauro Sol, Óscar Alzaga y 37 firmas más.

La derecha se empeña en desoír al pueblo

Leer la nota de Andrea Becerril y Georgina Saldierna sobre la primera discusión en el Senado en torno a la reforma del Poder Judicial, es adentrarse en el mundo siniestro de la sinrazón mas elemental por parte de los legisladores panistas y priístas, quienes continúan en la comicidad de no entender la verdadera necesidad de los mexicanos que hemos optado por reformar al putrefacto Poder Judicial. Ninguna de las intervenciones prianista hizo un reconocimiento humilde de esas numerosas causas por las que se exige la reforma: lujos excesivos, salarios de 700 mil pesos mensuales para ministros –que viola el artículo 127– o prestaciones millonarias. No leí que alguno se indignara ante el atropello a la Constitución por quienes deben ser los primeros en respetarla, ni que encolerizaran por los millones que recibió Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.

José Lavanderos