En el arranque de la 66 Legislatura, los partidos minoritarios de oposición, que ahora incluyen al PRI, reiteraron su reclamo por el reparto de diputaciones plurinominales y su rechazo a la reforma del Poder Judicial.

Movimiento Ciudadano (MC) calificó dicha reforma de peligrosa, y el tricolor la consideró incompleta, extraviada en sus medidas y equívoca en sus propuestas, pero acotó que colaborará con el gobierno en lo que sea positivo para el país.

El Partido del Trabajo, en voz del diputado Reginaldo Sandoval, destacó que en el sexenio por concluir se han transformado el Poder Ejecutivo y Legislativo, y aún falta, pero vamos a transformar el Poder Judicial, sin ninguna duda. El pueblo de México nos mandató para que transformáramos la nación.

El primero en dar el posicionamiento de su partido fue el coordinador de MC en el Senado, Clemente Castañeda, quien aseveró que la “distorsión de las reglas electorales otorgó una mayoría calificada artificial a quien no lo merecía… es ilegítimo y un fraude a la democracia”.

Cuestionó los resultados del gobierno federal, que, dijo, no están muy lejos del modelo neoliberal: más desigualdad, más militarización, más violencia, más polari-zación, más devastación ambiental, menos ejercicio de derechos, e incluso estigmatización de la protesta, la crítica y la disidencia, como la de los miles de jóvenes que, por cierto, hoy marcharon contra la mal llamada reforma judicial.

A nombre del PRI, la diputada Marcela Guerra sostuvo que no se permitirá que se avasalle a otro de los Poderes de la Unión, ni que se pretendan desaparecer los órganos autónomos que funcionan como contrapeso ante un presidencialismo exacerbado. No obstante, hizo un respetuoso y afectuoso llamado para construir acuerdos que superen los diferendos.

Néstor Jiménez, Georgina Saldierna, Andrea Becerril, Enrique Méndez y Fernando Camacho