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Morena arranca la legislatura con alegría; se confirma la muerte natural del Prian
 
Periódico La Jornada
Lunes 2 de septiembre de 2024, p. 12

Para la 4T fue un día de alegría –el plan C hecho realidad– con toques de furia.

En el Zócalo, el presidente Andrés Manuel López Obrador se lanzó contra los oligarcas: Quieren poder sin pueblo. ¡Al carajo con eso! (la plaza le respondió con el grito ¡Fuera Piña!, en referencia a la ministra presidenta de la Suprema Corte).

Unas horas más tarde, Luisa María Alcalde Luján, secretaria de Gobernación, acudió en representación del presidente a entregar el sexto informe, se salió del protocolo y provocó, simultáneamente, gritos de fuerade los legisladores del PRI y el PAN, y el ya clásico es un honor estar con Obrador.

El sainete arrancó cuando la secretaria tomó un micrófono que no estaba encendido. Segundos después se escuchó su aguda y potente voz con un hola, hola, fuera de la solemnidad protocolaria del evento.

Saludó entonces, con cariño, a la presidenta de la Mesa Directiva, Ifigenia Martínez. Y siguió con el saludo a un demonio de las oposiciones: “(Gerardo) Fernández Noroña, presidente del Senado… qué bien se escucha eso”.

Desde las curules comenzó el clásico grito de “es un honor…” Alcalde alzó el puño izquierdo y siguió el grito desde el micrófono.

Vino el elogio al origen de la 4T, a sus fundadores y sus logros. En las bancadas opositoras comenzaron los abucheos.

Alcalde seguía en tribuna, con una pieza que bien podría haber empleado en un mitin de Morena.

El informe, dijo, es un documento que contiene la esencia del humanismo mexicano. Enlistó entonces algunos de los programas estelares del gobierno federal, sólo para aclarar: Y no, no son programas, ¡son derechos sociales!

Lo que siguió se escuchó entre gritos y sombrerazos, que es un honor estar con Obrador y presidenta, presidenta, gritaban los legisladores de Morena y aliados. ¡Fuera, fuera!, gritaban los panistas, ya de pie, y subrayando su grito con los brazos.

La titular de Gobernación se fue de largo, habló de la elección y del hecho de que Claudia Sheinbaum será la primera presidenta de nuestra patria. Sus palabras tuvieron la virtud de parecer una improvisación, aunque seguramente no lo eran. Frases cortas, la retórica de la 4T resumida y puesta en voz de quien será –este día se confirmó– la próxima dirigente del partido mayoritario.

Los panistas cambiaron su grito a ¡Resistencia, resistencia!

Entre gritos de los dos bandos, Luisa Alcalde alcanzó a decir que el Presidente no haría uso de su facultad de iniciativa preferente. Les toca a ustedes, verdaderos defensores del pueblo, tomar la última palabra y decidir qué sucederá.

Cumplida la encomienda presidencial, Alcalde se despidió mientras el salón era un desorden. Pocos escucharon el breve mensaje de la economista Ifigenia Martínez, hija de un comunista y formada en la Universidad de Harvard, quien preside la Cámara, sobre todo porque se espera que sea ella quien, a sus 94 años, coloque la banda presidencial a Claudia Sheinbaum.

La ex directora de la Facultad de Economía de la UNAM algo dijo de la no subordinación a otro poder y de la necesidad del debate respetuoso. Al finalizar su breve alocución hubo aplausos, aunque pocos escucharon sus palabras.

El elefante en el salón fue la reforma judicial. Antes de la instalación de la legislatura, los líderes parlamentarios de la 4T hablaban de llevar a juicio político a los jueces que otorgaron suspensiones a la discusión de la reforma clave y decían que en un par de días el dictamen seguirá su curso.

Terminada la sesión de Congreso General, en la que participaron los senadores, se abrió un receso de media hora para proceder con las prisas de la 4T sobre la reforma judicial.

El punto medular fueron las suspensiones otorgadas por jueces para impedir que el dictamen sea discutido. No obstante, incluso abogados proclives a la oposición han señalado que los juzgadores se volaron la barda, el PAN decidió jugársela por esa vía. Y más.

El tema no puede ser discutido en tanto no se dé curso a las resoluciones de los juzgadores, dijeron los panistas, no sólo porque esa es la postura de su partido. Hablo por todos los trabajadores del Poder Judicial, aclaró, dueño de las ideas de otros, el panista Luis Rodríguez Torres.

Como es usual, la respuesta vino del coordinador de la mayoría. El diputado Monreal subió a la tribuna a dar una clase, como acostumbra, no sin antes reconocer que conoció a muy buenos abogados del PAN.

Para entonces, la escuálida bancada del PRI ya había abandonado el recinto, confirmado así la muerte natural del Prian.

Ya sin recurrir al lenguaje abogadil, Monreal cerró con el mensaje que quería dejar sentado: Ahora los quieren colocar como héroes (a los jueces que ordenaron la suspensión) cuando no son más que vulgares violadores de la Constitución.

Se votó. Y la nueva mayoría se impuso, como todos sabían. Las incógnitas se van despejando, pero quedan muchas: hoy se dio un paso de Gobernación a Morena. ¿Eso incluye las fracciones parlamentarias en manos de los viejos lobos que contendieron con la presidenta en la interna de Morena?