Exige ser declarado preso político // Su delito: defender tierra ancestral
Domingo 25 de agosto de 2024, p. 22
Santiago. Héctor Llaitul Carrillanca, líder de la organización insurgente mapuche Coordinadora Arauco Malleco (CAM), condenado a 23 años de cárcel y en huelga de hambre desde hace 83 días, de los cuales los tres últimos tampoco ingiere líquidos, fue trasladado de urgencia a un hospital al atardecer del viernes para practicarle exámenes, pero medios del entorno indigenista reportaron que el sábado fue regresado a la prisión donde cumple su sentencia.
“En el transcurso de la tarde (del viernes), el werkén (mensajero) Héctor Llaitul fue trasladado a urgencias del Hospital Regional de Concepción (500 kilómetros al sur de Santiago), debido a una descompensación y arritmia cardiaca. A pesar de la indicación médica de dejarlo hospitalizado debido a su delicado estado de salud, la Gendarmería decidió llevarlo de vuelta al hospital penal del Centro Penitenciario
Biobío. Hacemos un llamado a estar alerta ante cualquier situación que se pueda presentar durante las próximas horas
, publicó Werkén Noticias.
Busca anulación de condena
Llaitul comenzó la huelga de hambre el 3 de junio para denunciar su condición de preso político
y exigir la anulación de la condena dictada el 22 de mayo por delitos de usurpación violenta de predio, hurto simple y atentado contra la autoridad. A fines de julio, la Corte Suprema rechazó un recurso de nulidad presentado por la defensa de Llaitul, confirmando la sentencia y ordenando que sea ejecutoriada.
La abogada de Llaitul, Victoria Bórquez Concha, denunció irregularidades en el traslado al hospital y falta de información por parte de Gendarmería, en cuanto al estado de salud, explicando que reiteradamente solicitaron infructuosamente los informes médicos vía tribunal y también a la Dirección Regional de Gendarmería.
Es una situación bastante grave, más aún cuando él lleva más de 80 días de huelga de hambre y por lo menos tres días de huelga seca
, periodo en el cual perdió más de 20 kilos de su peso.
La CAM, fundada hace 25 años por Llaitul, es una de cinco organizaciones rebeldes indígenas que optaron por la lucha armada para recuperar los territorios ancestrales de los mapuche, en el centro sur de Chile, arrebatados a fines del siglo XIX por el Estado chileno tras una guerra de ocupación.
Esas tierras, varios millones de hectáreas, son explotadas principalmente por dos grandes conglomerados forestales que remplazaron el bosque nativo por plantaciones de pino y eucalipto; en ellas hay también haciendas agrícolas.
Los insurgentes han impulsado por décadas una campaña de sabotaje contra aquellas, principalmente incendiando los aserraderos y camiones que transportan la madera talada desde los bosques hasta las plantas de procesamiento, destruyendo maquinaria forestal y agrícola, así como sembradíos, cosechas y casas patronales de las haciendas.