Guadalajara, Jal., Cientos de wixárikas se congregaron ayer en Tuxpan de Bolaños, una de las poblaciones más grandes de esa etnia que habita el norte de Jalisco, para despedir a Yuniur Vázquez Rosalío, alcalde electo de Bolaños, y a quien fue su jefe de campaña, el también wixárika Antonio Carrillo González, cuyos cuerpos fueron velados en la plaza principal del pueblo entre el repudio generalizado a la versión oficial de que perecieron en un percance carretero.

No fue accidente, se acotó en cartulinas exhibidas durante la despedida a los líderes comunitarios, luego de que la fiscalía estatal sostuvo que, según las autopsias que se les practicaron, fallecieron por traumatismo craneoencefálico de tercer grado, versión que ratificó el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, quien aseguró que la fiscalía ofrecerá la versión definitiva de lo ocurrido, una vez que las indagatorias concluyan.

Los dos líderes wixárikas, que participaron en las elecciones de junio pasado postulados por la coalición Sigamos Haciendo Historia en Jalisco –conformada por los partidos Morena, del Trabajo, Verde Ecologista de México y el instituto regional Futuro–, desaparecieron el sábado anterior y sus cadáveres fueron hallados el martes en el fondo de una barranca de 150 metros, en el kilómetro 17+900 de la carretera estatal Villa Guerrero-Bolaños.

Los cuerpos de Vázquez y Carrillo llegaron ayer al centro de Tuxpan de Bolaños en una procesión luctuosa en la cual participaron hombres, mujeres y niños. Los cadáveres fueron llevados a las afueras de Tuxpan de Bolaños, en el lugar sagrado llamado Its Watikeka, donde reside la vara de mando de la etnia.

Ahí se recordó que en ese mismo poblado fue asesinado en 2017 un tío de Yuniur Vázquez, Miguel Vázquez Torres, líder comunal que laboró para que los wixárikas recuperaran su territorio ancestral.

“La nación wixárika está de luto; (Yuniur y Antonio) no eran de una comunidad, sino de la nación entera de donde somos. El dador de vida y nuestros ancestros los acompañarán en la eternidad; Tate’i Niwetukame (Nuestra Madre Maíz) los abrazará en su cuna eterna, y sus espíritus y almas se convertirán en la luz eterna”, se afirmó durante la ceremonia.

Insistieron en que se castigue a quienes actuaron de esta manera, pues aunque no se recuperarán las vidas segadas se tiene que hacer justicia por la pérdida de los hombres grandes que se nos adelantaron.

Alumnos del Centro Universitario del Norte de la Universidad de Guadalajara e integrantes de la comunidad xiwárikas se manifestaron 170 kilómetros al noreste de Tuxpan de Bolaños, en Colotlán (de donde Yuniur y Antonio salieron la noche del sábado, antes de que no se supiera más de ellos), para exigir que se aclaren las muertes de Vázquez Rosalío y Carrillo González.

Ahí, otro nutrido grupo de manifestantes se reunió en la plaza principal portando pancartas, en las que igualmente negaron que hubieran sufrido un accidente, y demandaron que las autoridades estatales sustenten su versión.

Varios de los que estamos presentes aquí creemos que no fue un accidente lo que pasó. En realidad es lamentable que nuestro país esté invadido de una crisis de inseguridad; en la región norte de Jalisco y en otros estados lo hemos visto, dijo uno de los oradores.