Pese a las grietas de hasta cuatro centímetros en muros, el descuadre en puertas y ventanas y apuntalamientos en su casa de la unidad habitacional Santa Cruz Meyehualco II, en Iztapalapa, Maricela Lara Guerra no fue incorporada al programa de reconstrucción y rehabilitación de viviendas afectadas por el sismo del 19 de septiembre de 2017, situación en la que, dijo, se encuentran otras 11 familias más de dicho complejo.

Aun cuando el dictamen postsísmico que se realizó el 19 de diciembre de ese año reportó vulnerabilidad física alta y su morada fue censada entre los inmuebles dañados por el temblor, a lo que se sumaron trámites, estudios, reuniones e incluso la visita de la titular de la Comisión para la Reconstrucción, Jabnely Maldonado, en los ya casi siete años, ella y sus vecinos nunca obtuvieron formalmente un folio o código para corroborar su incorporación al programa, por lo que desconoce si tendrá alguna intervención.

En la puerta de su domicilio aún permanece, deteriorado por el tiempo, el sello de la visita que se realizó el 21 de noviembre de 2018 para el censo de inmuebles afectados por el sismo con el folio todavía visible: 17060.

Maricela Lara tampoco tiene la certeza de si podrá permanecer en la vivienda o deberá ser reubicada como en algún momento se le mencionó, porque tampoco le han entregado resultados de estudios posteriores sobre la condición real del inmueble.

▲ Son 12 departamentos que integran un par de edificios los que presentan daños estructurales.Foto Ángel Bolaños

Explicó que de los 28 edificios de la unidad, con más 300 departamentos, solamente 12 en planta baja, el G y el S, tuvieron daños.

La unidad fue construida por el Instituto de Vivienda de la Ciudad de México (Invi) y los dos edificios dañados fueron los últimos que se levantaron. Su departamento se lo entregaron el 10 de julio de 2001 y no lo ha terminado de pagar. Tras el sismo dejó de hacer sus aportaciones porque el personal de protección civil que hizo el primer dictamen en diciembre de 2017 le sugirió desalojarlo, soy una mujer adulta mayor de 67 años, mi esposo tiene 63 y no tenemos adónde más ir.

En su momento, envió escritos al entonces titular del Invi, Raymundo Collins, a quien le solicitó una reunión para saber si el seguro se haría cargo de las reparaciones, pero nunca contestó; su esposo tuvo que tapar algunas oquedades que daban al cuarto de servicio para que no se metieran los ratones.

Por precaución, la alcaldía apuntaló el departamento, vigas que con los años se volvieron parte de la estructura de su vivienda, aunque las pintaron de blanco, igual que los muros, para intentar enmascararlas.

A Maricela ahora le preocupa que el jefe de Gobierno, Martí Batres, haya dado por concluida la reconstrucción en Iztapalapa, tras entregar la unidad La Concordia el sábado pasado, y eso signifique que la dejarán definitivamente fuera del programa.