La Medalla Bellas Artes en la disciplina de Teatro fue entregada ayer a los dramaturgos y directores de escena David Olguín (2023) y Perla de la Rosa (2024), en la sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes, que, repleta, vitoreaba a los premiados.

Olguín y De la Rosa coincidieron en que éste es un arte colectivo que requiere del acompañamiento de muchas personas. El primero, miembro del consejo artístico del teatro El Milagro, dedicó su galardón a todas las actrices y los actores que han interpretado mis textos, en especial a mi compañera de vida Laura Almela. Gracias, teatro, por enseñarme a vivir.

El director de escena Martín Acosta, encargado de comentar el premio a Olguín, se emocionó tanto que otra persona tuvo que leer su texto, en el que afirmó ser impensable el teatro mexicano contemporáneo sin las aportaciones que este hombre ha dado.

Para Acosta, David es el menos complaciente de los dramaturgos mexicanos. Desde sus primeras puestas en escena, “ya nos avisaba que no se iba a ceder en nada a cambio de la comodidad del público.

Admiro desde entonces sus personajes, sus hombres patéticos y sus mujeres aladas; sus mundo subterráneos, que no se comprometían con ningún género dramatúrgico de los que nos enseñaron en clase. Asistir a sus puestas era descubrir cada vez laberintos de intenciones, pequeñas catástrofes de deseos, encontrar los puntos estratégicos de la historia de México adonde él insistía en escarbar para entender el sinsentido de lo que somos, pero también de la experiencia humana.

El actor Joaquín Cosío, quien conoce a Perla de la Rosa desde su adolescencia en Ciudad Juárez, se refirió a su lado de activista cultural: Perla tiene una notable vocación de servicio y una generosidad para aquellos a quienes estima. Sin embargo, a quienes desestima les ha regalado desde maravillosos discursos hasta escenas de antología. Varios funcionarios culturales y políticos han sentido su radicalidad y sagaz oratoria.

Continuó: Si Ciudad Juárez ha sido el vórtice de sus actividades, también ha sido el centro de sus obsesiones. Para ella, es una decisión personal porque justo en los inicios de lo que parecía ser una prometedora carrera en la Ciudad de México, decidió retornar allá para desplegar sus múltiples esfuerzos.

Desde hace 22 años, De la Rosa dirige el proyecto Telón de Arena, que busca ser un referente de teatro de calidad del país y una propuesta permanente para los juarenses.

A pesar de que Chihuahua y Ciudad Juárez se encuentran entre los últimos lugares de inversión en cultura y arte, para De la Rosa hacer teatro allá es una tarea intensamente feliz. Desde un inicio “planteamos hacer un teatro de Juárez y para Juárez. Un teatro de frontera que reflejara nuestra identidad y temas comunes, tan duros como el feminicidio, la narcoviolencia, la migración o la corrupción”.

Al ser la Medalla Bellas Artes un compromiso para la galardonada, aparte de dedicar el premio, entre muchas otras personas, a la actriz y cineasta Ángeles Cruz y a la comunidad de San Miguel El Grande, Oaxaca, solicitó al presidente López Obrador que les brinde justicia, protección y seguridad a sus vidas.

Los creadores recibieron el galardón de manos de Lucina Jiménez, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.