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Simpatizante del EZLN, preso por ser indígena y zapatista: capitán Marcos
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 3 de agosto de 2024, p. 6

San Cristóbal de Las Casas, Chis., Todos los sistemas de justicia modernos son irreformables, pues se basan en un supuesto que la realidad desmiente cotidianamente, porque quien paga, manda, afirmó el capitán Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

En un comunicado, criticó que el indígena José Díaz Gómez esté preso en una cárcel de Chiapas desde hace un año y nueve meses “acusado de ser cho’ol y de… ser zapatista”.

Dijo que “el indigenismo en México es una simulación de cartón-piedra como homenaje a un pasado lejano (y manipulable en la historiografía oficial), y miles de injusticias ‘administradas’ por el gobierno en turno en contra de pueblos originarios en el presente. Para los gobiernos, los pueblos originarios son la materia prima para su fábrica de coartadas ‘históricas’ … y de culpables.

“Supongamos, sin conceder, que su pueblo originario de usted, su lengua, su cultura, su modo, pues, es el cho’ol, pueblo de raíz maya, que habita en los surorientales estados mexicanos de Chiapas, Tabasco y Campeche.

“...Que, como todos los pueblos originarios, usted ha sufrido desprecios, racismo, injusticias, golpes, engaños y burlas –además, claro, de desapariciones forzadas, encarcelamientos, violaciones y asesinatos–, sólo por ser quien es: un indígena cho’ol.

“Supongamos, sin conceder, que usted sabe que una parte de los pueblos originarios en Chiapas, incluyendo el pueblo cho’ol, es parte de una organización llamada ezetaelene (también conocida como ‘los zapatistas de Chiapas’ o ‘neozapatistas’, o ‘transgresores de la ley’ o lo que esté de moda), que se alzó en armas el primero de enero de 1994, en lo que llamaron ‘el inicio de la guerra contra el olvido’, y acabó así con el plan de Carlos Salinas de Gortari de un poder transexenal (antes era el sueño húmedo del salinismo, y ahora lo es del morenismo).

“Supongamos, sin conceder –añadió–, que conoce usted que esos pueblos zapatistas están en rebeldía y resistencia porque han emprendido el camino de una construcción terrible y maravillosa: otro mundo, uno donde quepan todos los mundos” y que “usted, como cho’ol, tuvo la mala suerte de nacer y vivir cerca de la finca de un personaje poderoso; que su nombre o gracia de usted es José Díaz Gómez, y está prisionero en una cárcel de Chiapas acusado de ser cho’ol y de… ser zapatista”.

En seguida, “cambiando de canal, supongamos que usted puede tener acceso a lo que se dice en juzgados, estaciones de policía y cárceles de Chiapas. No sin pena ajena usted escucha lo siguiente: ‘Es zapatista, de los que critican y no apoyan al Presidente’. ‘El jefe va a estar contento de que castiguemos a uno de los conservadores que se niegan a ser salvados por la modernidad y el progreso’.

“Supongamos que usted conoce que una organización no gubernamental defensora de los derechos humanos (de ésas tan vilipendiadas por el supremo –junto a trabajadores de los medios de paga–), ha demostrado su inocencia de usted, y la parte acusadora ni siquiera puede presentar la mínima prueba en contra de su libertad –y de otros compañeros suyos que son perseguidos–. Pero es inútil, porque usted no es inocente de los dos crímenes por los que lleva casi dos años preso: ser indígena y ser zapatista.”