Tlaquiltenango, Mor., Doña Julia fue la representación patente de la frase con la que el presidente Andrés Manuel López Obrador sintetizó la relevancia del plan C, con el que, dijo, se reformará la Constitución en beneficio de la gente: ¡Llegó la hora del pueblo!

Ayudándose de un desgastado bastón, la mujer de 79 años logró abrirse paso con firmeza entre una caótica multitud que se arremolinó en torno a la camioneta en la que el mandatario y su virtual sucesora, Claudia Sheinbaum Pardo, arribaron hasta el histórico convento de Santo Domingo de Guzmán.

¡Buenas tardes!, gritó al llegar junto al vehículo. Sujetó a Sheinbaum, que asomada por la ventanilla del pasajero saludaba a decenas. Julia buscó llamar la atención del tabasqueño, que firmaba libros y posaba para las fotos desde la otra ventanilla.

Un tanto decepcionada, por un momento pareció darse por vencida: Está ocupado, expresó, y comenzó la retirada. La futura mandataria la llamó, la tomó del brazo, besó su mano e hizo voltear al Presidente.

Al verlo de frente, con cierto aire de reproche, Julia lanzó: Hasta que lo veo, ya tiene muchos años de que lo vi. Como si la conociera de toda una vida, el mandatario contestó: ¡Sí, te acuerdas! Ella reviró: Sí, desde que perdimos (2006). Sin soltarle la mano, Sheinbaum puntualizó: No, no perdimos, se la robaron.

La tarde de ayer, ambos encabezaron un encuentro con pobladores para verificar los avances del programa de reconstrucción de inmuebles afectados por los sismos de septiembre de 2017.

En el primer día de actividades de su séptima gira conjunta por el país –que incluyó dos actos previos en este estado–, en lo que se ha llamado transición en terreno, López Obrador reafirmó que el próximo gobierno continuará con los programas del bienestar.

Al pie del templo de Santo Domingo de Guzmán –uno de los más antiguos de América, cuya construcción iniciaron los franciscanos y concluyeron en 1540 los dominicos–, garantizó que no habrá retrocesos, no van a regresar los corruptos, los reaccionarios. ¡No!. Un coro de decenas secundó: ¡Noooooooo!

Y continuó: “Hay ahora una polémica, no quieren (los opositores) aceptar que el movimiento de transformación obtuvo mayoría calificada para el plan C, para reformar la Constitución en beneficio del pueblo. Les debería dar vergüenza: durante todo el periodo neoliberal, todas las reformas fueron para beneficiar a una minoría rapaz, todas contra del pueblo. Llegó la hora de que sea al revés, que primero el pueblo”.

Antes, Sheinbaum Pardo puntualizó que la actual transición presidencial es histórica no sólo porque formamos parte del mismo proyecto, sino porque se hace de frente al pueblo de México. Subrayó que en 2018, la ciudadanía tomó la decisión de cambiar su historia y tener en sus manos su destino. Y después de seis años, el pueblo de México una vez más ratificó que quieren seguir gobernando su patria, que quieren seguir gobernando su nación.

A unos metros de la entrada de la parroquia, Teresa, quien desde los 80 vive en Los Ángeles, escuchaba atenta. Cargaba un cartelón con la fotografía de un Andrés Manuel joven. ¿Y esa foto?, le preguntaron.

Es que era muy guapo, rubricó la mujer de 61 años, quien trabaja como operadora de un tráiler recorriendo todo Estados Unidos. Y ahora, ¿todavía aguanta el Presidente?, le preguntó un curioso. Su respuesta hizo reír a decenas: ¡Hasta tres pianos!