Jueves 18 de julio de 2024, p. a11
Superdévoluy. Después de convertirse en el primer ecuatoriano en conquistar el Giro de Italia y en colgarse una medalla de oro en la prueba de ciclismo de ruta de unos Juegos Olímpicos, Richard Carapaz estrenó el casillero de victorias para su país en el Tour de Francia.
El tiempo pasa pero La Locomotora, de 31 años, aún abre camino y llegó hasta donde ningún compatriota lo había hecho antes, y llevó al ciclismo ecuatoriano a las cotas más altas.
Carapaz, vigente campeón olímpico en ruta, dejó atrás a 13 kilómetros de la meta a su compañero de escapada Simon Yates en las rampas del col de Noyer, penúltima ascensión del día, para aumentar su ventaja en la bajada y en la subida final a la estación de esquí de Superdévoluy.
Destacado ya en esta edición de la Grande Boucle en la que se colgó sobre sus hombros el maillot amarillo al término de la tercera etapa en Turín –aunque la dejó un día después en las rampas del Galibier–, Carapaz ya había probado suerte por la victoria de etapa en los Pirineos.
Con crucifijo dorado al cuello, cerrándose el maillot rosa de su equipo estadunidense, Carapaz alzó los brazos después de 177.8 kilómetros. Simon Yates llegó a 37 segundos, y el español del Movistar Enric Mas, a 57 del ganador del día.
En la pelea por la general, el líder Tadej Pogacar y su perseguidor Remco Evenepoel sumaron unos segundos de ventaja respecto de Jonas Vingegaard, quien marcha tercero.
Al igual que Carapaz, Poga-car también realizó un cambio de ritmo en las rampas del col de Noyer, y aunque fue alcanzado, contratacó en los últimos metros de la etapa.
El esloveno cuenta con tres minutos 11 segundos sobre Vingegaard y cinco minutos nueve segundos sobre Evenepoel.
El Tour sigue deshojando la margarita y ya sólo restan cuatro etapas para el final. Antes de las definitivas del díptico por la alta montaña de los Alpes y de la contrarreloj final de Niza, este jueves el pelotón afrontará 179 kilómetros entre Gap y Barcelonnette, con cinco puertos puntuables y un manjar prometido a los aventureros intrépidos como Carapaz.