Vuelve el intento de organización ultraderechista // CPAC, en agosto // Verástegui y nuevo partido
// Vance con Trump: tal para cual
uelve a la cargada el fallido experimento impulsado por Donald Trump para tratar de armar en México una vertiente de ultraderecha electoral y partidista: el sábado 24 de agosto, en el hotel Presidente Intercontinental de la Ciudad de México se reunirán representantes de las corrientes del conservadurismo español (Vox), estadunidense (Matt y Mercedes Schlapp, que son una especie de comisionados de Trump para estos menesteres), latinoamericano (Juan Pablo Kast, ex candidato presidencial de Chile; María Fernanda Cabal, senadora colombiana; Eduardo Bolsonaro, hijo del ex presidente de Brasil; Axel Kaiser Barents-Von Hohenhagen, chileno, entre otros) y, del lado mexicano, el actor y activista católico Eduardo Verástegui.
Poca atención debería otorgarse a Verástegui, a la luz del rotundo fracaso en su empeño de ser candidato presidencial independiente este año, su falta de base social (que, en todo caso, le habría proporcionado la élite más conservadora de la Iglesia católica mexicana, ahora más bien en busca de reconciliarse con la arrolladora 4T) y la carencia de un programa y un discurso políticos reales (refugiado en la palabrería religiosa, con el rezo diario del rosario como supuesta fórmula de salvación nacional).
Pero lo interesante no es Verástegui en sí, sino la insistencia de poderes económicos y políticos internacionales, potenciados por el fenómeno Trump en aparente vía irrefrenable de regreso a la Casa Blanca. Esos poderes, con sus figuras provenientes de diversos países, perseveran en asentar en México una cabeza de playa (término militar, éste, que se refiere a la colocación de piezas militares de avanzada en un punto enemigo o adverso, lo cual constituirá una puerta para el ingreso posterior del cuerpo masivo de las tropas).
La ultraderecha, pero fundamentalmente Trump, que es el financista y líder de lo que se anuncia como Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC: www.cpac.com), tratan de nuclear sus fuerzas en momentos electorales u organizativos específicos. El 20 y el 21 de noviembre de 2022 realizaron una sesión en un hotel de Santa Fe, en la capital mexicana, con la pretensión cumplida de impulsar a Verástegui como candidato presidencial (aunque el impulsado fue quien falló).
Ahora buscan promover la creación de un nuevo partido de extrema derecha, de abierto sentido confesional, que desplace a la derecha cobardita
del Partido Acción Nacional y a su reciente figura izquierdista
, Xóchitl Gálvez.
Para tener el contexto: La CPAC surgió en 1974, un año después de que se estableciera el aborto como un derecho constitucional en Estados Unidos, con el objetivo de promover las ideologías nacionalista y ultraconservadora e impulsar carreras políticas. Su papel fue fundamental para el ascenso presidencial de Ronald Reagan y el crecimiento de la derecha evangélica con la Mayoría Moral. La historia de CPAC revela una inclinación racista al defender la supremacía blanca y el nacionalismo cristiano entre los miembros de la misma
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En otro tema, aunque con conexiones con lo antes expresado aquí, Donald Trump designó como su compañero de fórmula, a título de candidato a la vicepresidencia de Estados Unidos, a J.D. Vance, joven abogado, empresario, ex marine (enviado a Irak) y escritor que el próximo 2 de agosto cumplirá 40 años. Escribió un libro, Hillbilly Elegy, Una elegía rural (historia luego llevada a Netflix), que relata los problemas de los blancos pobres en zonas como el Cinturón del Óxido, la región manufacturera estadunidense en decadencia. Si Trump necesitara algún empujón para magnificar sus posturas discriminatorias y agresivas, en particular contra México, la migración y el crimen organizado, tiene ahora como buen acompañante y émulo al aspirante a la vicepresidencia. ¡Hasta mañana!
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