El académico Javier Urbano Reyes aseveró que el país requiere una Secretaría de la Migración, pues el Instituto Nacional de Migración (INM) no sirve, no funciona, debe desaparecer por la corrupción, la colusión con el crimen organizado y la violación a los derechos humanos de las personas en movilidad.

El doctor en ciencias políticas y sociales con orientación en relaciones internacionales por la UNAM manifestó: si el nuevo gobierno está pensando en cambiar la política migratoria, por supuesto que debe crear una secretaría vinculada a otras dependencias federales, como Bienestar, Educación Pública, Salud, las instancias de género y cada una incluso debería contar con un servicio civil de carrera. Esto, con el fin de dar una nueva visión a la migración.

En entrevista, el experto –con 15 años en la docencia y la investigación en la Universidad Iberoamericana– destacó: en México ya hay un millón 200 mil inmigrados, pero sigue siendo una población muy pequeñita comparada con 130 millones de población que tiene el país. Pero es una migración histórica, no hay datos recientes. Habría que esperar entre un lustro y una década para analizar si han decidido quedarse en el país como un patrón generalizado o si se han quedado de manera coyuntural, en función de las políticas radicales de Estados Unidos.

Comparado con otros países, como Alemania, que tiene 14 por ciento de su población inmigrante; Francia, con 12 o 13, y España, con 14 o 15 por ciento, en el país es de menos de uno por ciento.

La Comar, rebasada

El también maestro en cooperación internacional y licenciado en relaciones internacionales consideró que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) ha sido útil, pero lamentablemente desde hace años está rebasada.

Tiene por lo menos un lustro en esa condición, pues cambió el perfil que originalmente teníamos de muy pocos peticionarios de asilo y protección. En los últimos cinco o seis años, el incremento de población migratoria que solicita asilo o protección ha crecido 300 o 500 por ciento.

Advirtió: sería un pésimo mensaje desaparecer la Comar porque se estaría dejando un vació de gestión, que lo ocuparía el crimen organizado. Éste se va a encargar de movilizar a la gente, extorsionándola, secuestrándola, cobrándole.

Si no hay una instancia oficial que tramite el asilo o protección en el país, en su desesperación los migrantes van a endeudarse aún más para pagar a los traficantes, con el altísimo riesgo que eso implica; es decir, el vacío de una instancia sería llenado por la delincuencia, que hoy por hoy es el gran modulador, es el gran gobernante de la movilización sin documentos en el país.

Hoy, sostuvo el analista, el crimen organizado es el actor, es el que conduce, el que dice cuándo, cómo y a dónde se trafica, cuánto cuesta cada persona. Define los costos, la logística, el fenotipo de explotación, y se convierte en el rey del tráfico de personas.