Asunción. Ante uno de los episodios de violencia más insólitos, la Conmebol respondió con un escueto comunicado. El organismo encargado del futbol sudamericano y de la organización de la Copa América abrió un ex-pediente de investigación por el enfrentamiento entre aficionados de Colombia y jugadores de Uruguay tras el partido de las semifinales, aunque no hizo ningún señalamiento respecto de los protocolos de seguridad.

Es inadmisible que un hecho como el ocurrido en esta oca-sión, convierta la pasión en violencia. Por tanto, no se tolerará ninguna actitud que transgre-da la competencia deportiva y el espectáculo más lindo del mundo, indicó la Conmebol.

El organismo apuntó que la investigación tendrá como finali-dad esclarecer la secuencia de los hechos y las responsabilidades de los implicados.

Sin detenidos

Pese a la gravedad de este episodio de violencia, el Departamento de Policía de Charlotte Mecklenburg no había informado hasta el cierre de esta edición si hubo arrestos, al tiempo que los encargados del estadio no habían emitido ningún comentario público.

El altercado en las gradas del estadio Bank of America robó reflectores el miércoles después de que Colombia venció 1-0 a Uruguay para conseguir el pase a la final donde se medirá con Argentina.

Jugadores uruguayos como Darwin Núñez y Ronald Araújo subieron a las gradas y se enfrentaron a golpes con seguidores de Colombia, una de las escenas más aparatosas de violencia en el fut-bol internacional.

Una vez controlada la gresca, Núñez acabó en medio de la cancha cargando a su hijo pequeño en brazos, con el rostro desencajado, dándole palmaditas en la espalda para calmarlo.

El capitán charrúa José María Giménez dijo que los jugadores se vieron involucrados en la trifulca para defender a sus familiares tras ser agredidos por hinchas colombianos.

En imágenes que circularon en redes sociales, se exhibió cómo el cuerpo de seguridad se vio rebasado y no pudo contener la gresca; una situación de alerta debido a que el incidente fue en Estados Unidos, país anfitrión del Mundial 2026.

Aunque la Conmebol reprobó los actos de violencia, no hizo mención respecto de los protocolos de seguridad de un acto del cual está a cargo. Es el segundo incidente en menos de un año que se registra en un torneo correspondiente al organismo sudamericano, después del enfrentamiento en noviembre en el Maracaná entre aficionados y policías antes del partido de Brasil contra Argentina.