Un monólogo donde se entretejen el performance, el cabaret político y el teatro es el que Libertad Palomo protagoniza en La señorita Delfina, la educastradora, que resulta una gran farsa, con subtono de comedia.

En la obra, de Roberto Athayde, con dirección de Pilar Boliver, que se presenta en el MarkeTeatro, la educadora pondrá a reflexionar y tendrá interacción con sus espectadores, quienes se convertirán en sus alumnos; donde unos serán muy aplicados y otros hasta orejas de burro podrían tener.

Pilar Boliver, quien también es la adaptadora contó: “En el primer día de clase, la maestra toma al público como sus alumnos de sexto de primaria; pero no sólo se abordan temas sobre el poder que ejerce el educador sobre sus pupilos, sino también se habla del eclesiástico, político y económico, así como del abuso sexual y el bullying”.

El personaje que interpreta Libertad Palomo no es alguien que tenga pasado, presente y futuro. Es una alegoría. Es el poder y el autoritarismo cotidiano en todas sus formas, explicó Boliver.

La señorita Delfina tiene una personalidad que gira entre egolatría y violencia, pero también es sensible y delirante como algunas maestras, que mucho se recuerdan de la infancia.

En escena resulta muy fuerte cuando esta maestra, que aparentemente está tratando de educar a sus alumnos es ruda y hasta bestial en muchos aspectos. Esto no sólo es cuestión de aulas, sino que la castración puede ser sicológica, emocional y sexual. Esta obra, sin duda, es muy pertinente para esta época.

Al adaptarla, dijo Boliver, decidí usar el lenguaje inclusivo, pero también se recurre un poco a la burla. De hecho, por un momento a la maestra, le hago un parangón con Adolfo Hitler o Benito Mussolini, es decir, con los peores abusadores.

En la función, dijo la también diseñadora de vestuario, hay mucha interacción con el público; la maestra les pone orejas de burro. Sí, bulea y muy fuerte, porque el monólogo es una crítica hacia el poder y la violencia en las aulas.

Pilar Boliver agregó que alternarán varias actrices, iniciando con Libertad Palomo y luego con Ariane Pellicer y Aleyda Gallardo. Cada una de ellas le pondrá un toque especial al personaje, dependiendo de su personalidad.

Matizó: “En la década de los 80 se montó esta obra con Virma González, una comediante fuera de serie y se volvió un éxito. Ella era una actriz increíble, que con sólo voltearte a ver, te podías morir de risa. Ahora cada una de mis intérpretes va a tener una forma distinta; algunas tienen más comedia, otras más fuerza o seriedad. En La señorita Delfina, la educastradora busco provocar conciencia sobre lo que es el abuso del poder a través del tiempo y cómo el poder, aunque pensemos en deshacernos de él, es inmortal. Y nosotros muchas veces damos poder al poder, ya sean gobernantes, maestros, familiares y amigos.

Entre los dos actos, los pupilos tendrán un intermedio que será su recreo, mientras la actriz dará todo en escena; estará sola, sin parar, cerca de hora y media, agregó.