Londres. El Banco de Pagos Internacionales (BPI) advirtió ayer que el aumento de la deuda pública, en un contexto de elecciones importantes este año, podría agitar los mercados financieros mundiales.

El banco central de los banqueros centrales afirmó que la economía mundial se encamina hacia el aterrizaje suave que muchos economistas pusieron en duda cuando se dispararon las tasas de interés, pero los políticos deben ser cuidadosos.

La deuda pública mundial se encuentra ya en niveles récord y las elecciones, desde las presidenciales de noviembre en Estados Unidos, pasando por las recientes de México y Sudáfrica, hasta las de Francia y Gran Bretaña, estos días, entrañan riesgos, agregó.

Las tasas de interés no están cerca de volver a niveles ultrabajos y las presiones sobre los costos derivadas del envejecimiento de la población, el cambio climático y la reconstrucción de las capacidades de defensa, los planes de estímulo económico y un aumento general del proteccionismo podrían desestabilizar unos mercados sensibles, señaló el director general del BPI, Agustín Carstens.

Pueden sorprender sin previo aviso, afirmó Carstens, recordando las turbulencias en los mercados británicos tras los planes presupuestarios de la entonces primera ministra Liz Truss, que pusieron en riesgo de colapso algunos fondos de pensiones.

Además de la persistente preocupación por los niveles de deuda de Estados Unidos, la prima de riesgo de la deuda francesa se ha disparado este mes a su nivel más alto desde la crisis de la zona euro en 2012, después de que el presidente Emmanuel Macron convocó a unas elecciones parlamentarias anticipadas.

A pesar de ello, el ex gobernador del Banco de México dijo a periodistas que en comparación con el año pasado, estamos en un lugar mucho mejor.

Apuntó que los bancos centrales merecían ser elogiados por recorrer un camino difícil que podría haber desembocado en una oleada de recesiones, pero añadió que necesitaban perseverar, comparando la lucha contra la inflación con un tratamiento de antibióticos para hacer frente a una enfermedad.

Además describió un escenario extremo en el que la inflación volviera a dispararse y los bancos centrales tendrían que subir más las tasas.