El estrés financiero (grado de preocupación que genera tener finanzas personales en desorden) es originado básicamente por desempleo, bajos ingresos o precariedad laboral, pero también la conducta puede llevar al sobrendeudamiento, debido sobre todo a las compras compulsivas e impulsivas y a los intentos por vivir más allá de las posibilidades propias, concluyó la Comisión Nacional de Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef).

Con base en la información de la primera Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (Ensafi) 2023, 41 por ciento de las personas que perciben hasta un salario mínimo (248.93 pesos diarios, lo que equivale a 7 mil 468 pesos mensuales) tienen un nivel de estrés financiero alto, por arriba del promedio nacional (37 por ciento).

No obstante, una cuarta parte de quienes padecen estrés financiero y perciben ingresos hasta de un salario mínimo consideran que su situación se debe a un problema conductual relacionado con las compras fuera de control.

El porcentaje de personas con estrés financiero alto disminuye entre aquellas que ganan de uno a dos salarios mínimos, a 36 por ciento; en este grupo 38 por ciento padecen estrés moderado y 26 por ciento, bajo; la proporción sigue bajando cuando la persona percibe entre dos y hasta tres salarios mínimos, con 29 por ciento de estrés alto, 38 medio y 33 por ciento bajo.

Sin embargo, cuando se consulta a personas con ingresos de tres hasta cinco salarios mínimos empieza a subir el estrés alto, con 30 por ciento, 39 por ciento moderado y 31 por ciento estrés bajo o nulo.

En tanto, 32 por ciento de las personas que ganan más de cinco salarios mínimos respondieron que tienen estrés alto; un tercio medio y 35 por ciento bajo o nulo.

Estas últimas personas tienen un problema con el manejo del dinero, y les tengo una mala noticia: a mayor salario, mayor estrés financiero. No van a resolver el tema con un mayor ingreso, porque hay un desajuste de otro tipo, consideró Óscar Rosado, presidente de la Condusef.

En otra medición, entre la población sin estudios, 33 por ciento padecen estrés financiero alto; con educación básica, sube a 40 por ciento; en media superior es de 35 por ciento. En tanto, 33 por ciento de los que cursaron estudios superiores padece este problema.

Entre los mexicanos de 18 años o más, 17.8 por ciento muestran un nivel de bienestar financiero alto (caracterizado por control, resiliencia y libertad financiera). En el extremo opuesto, 19.3 por ciento de la población presentó un nivel de bienestar financiero bajo.

En el 20 por ciento de las personas con menores ingresos, la proporción con bajo nivel de bienestar (31.6 por ciento) fue siete veces mayor que en el de las personas con mayores ingresos (4.5 por ciento).