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Ganaderos de Durango recurren a pipas y tinacos para preservar sus hatos
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▲ Camionetas equipadas con tinacos para acarrear agua se han convertido en una alternativa ante la sequía extrema que viven los habitantes del poblado de San José de Avino, municipio de Pánuco de Coronado, Durango.Foto Saúl Maldonado
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 20 de junio de 2024, p. 32

Durango, Dgo., La prolongada sequía que azota a la entidad ha llevado a ganaderos a decidir entre usar su poca agua disponible para consumo humano o darla a sus reses, informó el productor Mauricio Gándara, del municipio de Pánuco de Coronado.

Aseguró que en varias comunidades ya no hay agua potable en las redes, y habitantes deben obtenerla a través de camiones cisterna.

Señaló que el hato ganadero en Pánuco de Coronado, ubicado en el centro de la entidad, es de 50 mil cabezas, que requieren beber cada día 50 litros de agua en promedio.

Gándara lamentó que en San José de Avino y otros poblados ya no hay agua desde hace dos meses, y cuando sale de las llaves es sólo un chorrito, por lo que ya se les envía en pipas.

Recordó que en años anteriores, residentes de comunidades cercanas a San José de Avino solían obtener de esa localidad agua que se llevaban en tinacos, pero ahora acuden a la cabecera municipal para llenar sus contenedores.

Ignacio Valadez, jefe de cuartel de San José de Avino, expuso que ha tenido problemas de abasto del líquido desde hace dos meses, pues el que queda en la noria que abastece a la localidad, que consta de unas 400 viviendas, sólo surte agua a 60 de ellas al día.

Martha Acevedo vive desde hace décadas en esa demarcación y asegura que el estiaje de este año ha sido el peor de todos; su hijo le lleva un tinaco lleno de agua cada dos semanas, y cuando han pretendido obtener líquido de poblados vecinos, se las niegan diciéndoles que el que les queda es para sus animales.

Historias similares se cuentan en los municipios de Cuencamé, Durango, Guadalupe Victoria y otros, donde los ganaderos llevaron sus vacas a corrales, porque dejarlas en los agostaderos sería condenarlos a muerte bajo el sol, sin agua ni alimento.

Vicente Victorio Robles, productor de Cuencamé, contó que reses y humanos comparten el agua que obtienen de las redes municipales. Muy pronto nos vamos a acabar la que queda, alertó.

El hato ganadero de Durango asciende a 925 mil cabezas y según productores, esos animales requieren entre 50 y 100 litros de agua al día para vivir. Considerando la cifra menor, esas vacas necesitan beber 46.25 millones de litros diarios.

Las 10 principales presas en Durango se encuentran actualmente a 29 por ciento de sus aforos, en promedio, y dos de ellas están en situaciones críticas: el embalse Santa Elena, del municipio de Súchil, está a 11 por ciento, y la llamada Peña del Águila, en el municipio de Durango, tiene 10 por ciento de su capacidad.