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Evoca la vida de Rafael Sánchez de Ocaña y su relación con los refugiados españoles
 
Periódico La Jornada
Martes 18 de junio de 2024, p. 4

El diplomático e intelectual español Rafael Sánchez de Ocaña es el centro de la novela El tío Rafael o la huida del peregrino (Bonilla Artigas Editores). La autora Silvia Molina dijo que halló la historia de una España un tanto desconocida, la de los valiosos aportes de muchos genios a la educación libre y de pensadores, como José Ortega y Gasset, que a principios del siglo pasado querían abrirla al mundo.

La escritora explicó a La Jornada: Me pareció muy interesante la trayectoria del Sánchez de Ocaña joven en España, su aprendizaje en el Ateneo, su cercanía a personajes históricos que marcaron la historia de esa nación y después la de México. Realmente apasionante.

La narración fue comentada por Adolfo Castañón, Angelina Muñiz-Huberman y Silvia Molina a finales de mayo pasado en la librería Bonilla.

Molina refirió que motivada por una pregunta del historiador Javier Garciadiego, estuvo investigando el trasiego de su tío político durante unos cinco años. Se me reveló un personaje que había participado en la generación del 14, cuyo guía político y sociológico fue Ortega y Gasset, de intelectuales que querían abrir España al mundo porque ese país seguía siendo rural y encerrado en sí mismo.

Recordó que estuvo muy contenta haciendo la investigación y tratando de ser fiel a su vida en el libro. También es mi búsqueda de una persona y, por lo tanto, yo estoy bastante en el texto. Fue muy bonito porque él no tuvo hijos. Los sobrinos de su esposa pasamos a ser parte de su familia. Él me tenía un cariño muy especial.

La novelista comentó que reunió los papeles que tenía de Rafael Sánchez y sus publicaciones, como sus columnas en El Nacional, dos libros que editó la Casa de España en México, unas cartas publicadas en Veracruz y las traducciones de textos del alemán al español.

“Así comencé viendo lo que había hecho, cómo se había movido y su vida en el periodismo; después, cómo se unió a los refugiados que llegaron en 1939 a México, aunque él llegó antes, pero los conocía a todos; cómo se involucró con este país a través de Alfonso Reyes, a quien conoció en España y después vio en Argentina.

Me parece una vida interesante porque es también la historia de España que no conocemos muy bien: la de la formación de los refugiados en la Institución Libre de Enseñanza, la diplomacia, las escuelas abiertas y los parientes de Joaquín Díez-Canedo, unos genios metidos muy fuerte en la educación. Mi azoro de descubrir a un personaje que había hecho tantas cosas y se decidió por una existencia modesta.

La también editora destacó que vinieron los mejores hombres de España, los intelectuales, médicos, científicos, humanistas y maestros; era un lujo tener clases con personajes que son de memorias. Nos formaron esos filósofos, escritores y especialistas. Fue muy beneficioso que llegaran y nos entregaran lo mejor de sí mismos.

Relató el vínculo de Sánchez Ocaña con la educadora rusa Helena Antipoff, a quien conoció en París. “Ella vivió el resto de su vida en Brasil, donde hizo aportaciones increíbles. Me fueron dando un retrato más humano y la intimidad de estos personajes.

Descubrí en mi indagación cosas de un ser humano, de importancia intelectual para España, para México, pero él estando en Argentina tiene un suceso muy especial, algo realmente muy intenso, y es como deja Argentina y viene. Lo que encuentro es un ser humano con todo lo bueno y con sus defectos.