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Infancia y sociedad

Alma mía de cocodrilo

P

ara cuidar el alma de niños y adultos nada mejor que la poesía. Es bálsamo sanador de la mente, sobre todo después de un bombardeo político que lastimó hermosas palabras como patria, pueblo o justicia. La poesía es vía de conocimiento con frecuencia más precisa que la filosofía. Lo comenta Schopenhauer en su magna obra El mundo como voluntad y representación: a veces los poetas llegan adonde la filosofía no puede. Creemos con María Zambrano que hay un logos de la emoción que produce conocimiento.

El arte en general y la poesía en particular pueden impactar de tal forma el alma infantil que llegan a determinar el futuro intelectual y moral. Recordemos experiencias estéticas de nuestra niñez: Margarita, está linda la mar, /y el viento/ lleva esencia sutil de azahar; /yo siento/ en el alma una alondra cantar; /tu acento. /Margarita, te voy a contar/ un cuento.

Ese poema de Rubén Darío venía en mi libro de lecturas en la escuela primaria y estoy segura que ni el terrible Alzheimer me lo haría olvidar. Por favor lean a los niños cuentos y poemas antes de dormir o a la hora que puedan y sálvenlos de las dañinas pantallas. Siembren en sus almas el gusto por la palabra, por la metáfora; ayúdenles a practicar la paciencia, la tolerancia y el amor a los otros, aunque piensen y sean diferentes.

Efraín Huerta para empezar. En Alma mía de cocodrilo, publicado por el FCE, cuando Felipe Garrido era el gerente de producción, y con el magnífico taller de pintura que Alas y Raíces de Susana Ríos llevó a Guanajuato, es una joya nacional que debiera ser un libro fundamental en todas las escuelas primarias del país. Este libro –dicen los editores– busca que los niños se pierdan en la poesía. Los versos de Efraín Huerta no sólo se centran en un aspecto visual, también se siente, se huele y se saborea cada palabra que se pronuncia o se lee, es una hermosa edición con ilustraciones de niñas y niños de Silao. No hay que olvidar que: “Los poetas pueden surgir en cualquier parte, en un pueblo lejano, en las montañas o entre los edificios y el barullo de una gran ciudad…”

“Letra capitular del día: ancha de razones y gotas de aguamiel… nuestra tierra en un canto… nuestro amor en un puño…”

PS Son los dioses quienes permiten los milagros, pero somos los humanos quienes los hacemos realidad…