Islamabad. Una serie de inundaciones repentinas provocadas por lluvias estacionales, inusualmente muy intensas en Afganistán, dejaron más de 300 fallecidos y destruyeron más de mil viviendas ayer, según datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Podemos confirmar, a la vista de las informaciones disponibles, que 311 personas murieron en la provincia de Baglán, declaró Rena Deraz, una portavoz del PAM.

Por su parte, el Ministerio del Interior talibán reportó 153 personas muertas como censo oficial, en tres provincias, en el norte de Afganistán.

Cuando se le preguntó por la cifra del PMA, un vocero del Ministerio dijo que sus datos seguían en la cantidad mencionada, pero las autoridades afirmaron que el número de muertos podría aumentar, informó la agencia noticiosa Reuters.

En el pueblo de Karkar, en la provincia de Baglán, los residentes realizaron funerales de las personas que murieron.

He perdido a cinco miembros de mi familia: dos hijos, dos hijas y su madre como consecuencia de esta devastadora inundación repentina, manifestó Gulbudeen, un doliente que sólo proporcionó un nombre.

Zabihullah Mujahid, principal vocero del gobierno del Talibán, indicó ayer en una publicación de su cuenta de X que cientos (de personas) han sucumbido a estas calamitosas inundaciones, mientras un número considerable han sufrido lesiones.

Mujahid explicó que Badajshán, Baglán, Gaur y Herat son las provincias con más afectaciones, y agregó que la extensa devastación provocó importantes pérdidas financieras.

El gobierno ordenó la movilización con todos los recursos disponibles para rescatar a las personas atrapadas, el traslado de los heridos y la recuperación de cadáveres de las víctimas, agregó el vocero.

Por su parte, el ministerio de Defensa informó ayer en un comunicado que las fuerzas aéreas empezaron a evacuar a la población en Baglán y que, por el momento, se rescató a un gran número de personas y se trasladó a un centenar de heridos a hospitales militares en la región.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, lamentó en un comunicado, las más de 300 muertes en Afganistán y aseguró que el organismo a su cargo evalúa la situación para prestar asistencia.

Por su parte, el vocero de Guterres, Stephane Dujarric, aseguró que Naciones Unidas trabaja de manera coordinada con sus socios en Afganistán y con las autoridades del país.

En tanto, en África, el ministerio del Interior keniano elevó a 267 los fallecidos en el país por las lluvias torrenciales, que provocaron deslaves e inundaciones durante las recientes tres semanas.

El nuevo balance detalló que hay 75 desaparecidos y 188 heridos de diversa consideración por el impacto de los aguaceros.

Las anegaciones han afectado hasta ahora a 389 mil personas y 56 mil familias, que se vieron forzadas a abandonar sus hogares en Kenya.

Las precipitaciones, también están afectando seriamente a otros países del este de África como Tanzania, Somalia, Burundi, República Democrática del Congo y Nigeria.

El gobierno nigeriano dio a conocer, en el apartado de daños materiales, que los aguaceros y deslaves han destruido unas 3 mil 600 hectáreas y provocado la muerte de unas 4 mil cabezas de ganado.