Sábado 11 de mayo de 2024, p. 24
La Secretaría de Administración y Finanzas de la Ciudad de México prevé que la deuda pública de la actual administración termine con una disminución real de 7.8 por ciento respecto a la de 2018.
Al señalar que el año pasado ese índice cerró en 79 mil 76 millones de pesos, 6.3 por ciento menos de los 84 mil 357 millones con los que se recibió hace cinco años, estimó que este sexenio culminará con un débito total de 77 mil 786 millones de pesos.
Además, la dependencia destacó que en la contratación de deuda pública, el actual gobierno ha logrado obtener la menor tasa de interés promedio entre las entidades federativas, al ubicarse en 9.3 por ciento anual, cuando la media nacional es de 11.6.
En su análisis, la dependencia señala que para valorar de manera adecuada el nivel de endeudamiento de una entidad deben considerarse distintos factores, como su capacidad de pago; en el caso de la capital, la proporción de deuda respecto a su producto interno bruto es de sólo 2.7 por ciento, por debajo de la mayoría de las entidades, según el Centro de Estudios de Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.
Aunado a eso, recordó que el techo de endeudamiento es autorizado por el Congreso local y el federal. De esta manera, en 2023 se aprobaron 3 mil millones de pesos, 33 por ciento menos que en 2022, mientras en este ejercicio fiscal fue de 2 mil 500 millones de pesos, es decir, 16.7 por ciento menos.
La dependencia subrayó también que el débito se ha utilizado exclusivamente para financiar proyectos de alto impacto social, como la construcción de las dos líneas del Cablebús, la 5 del Metrobús, el trolebús elevado y la compra de nuevas unidades de transporte público eléctrico, así como en el proyecto de modernización del Metro, específicamente la nueva subestación de Buen Tono.
De esta manera, la deuda de la Ciudad de México ha sido calificada de sostenible por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en una evaluación que incluye indicadores como nivel de endeudamiento, capacidad de pago y financiera para hacer frente a sus obligaciones con sus propios recursos.
A eso se suma que agencias calificadoras internacionales como HR Ratings y Fitch otorgaron el año pasado la calificación más alta, AAA, por su bajo riesgo crediticio debido a que la capital genera la mitad de sus ingresos.