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Muestra en el MAM reúne obras esenciales en la carrera de Oswaldo Vigas
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Alacrán, 1952. La exposición Mirar hacia adentro concluye el 11 de febrero.Foto del MAM
 
Periódico La Jornada
Martes 16 de enero de 2024, p. 3

En el contexto del centenario del natalicio del pintor venezolano Oswaldo Vigas (1923-2014), uno de los artistas latinoamericanos modernos más destacados, que ayudó activamente a dar forma a la vida cultural de su país, la fundación que lleva su nombre apoyó diversas exposiciones, entre ellas Mirar hacia adentro, que reúne obras fundamentales de su prolífica carrera.

El Museo de Arte Moderno (MAM) alberga la primera exposición individual de Vigas en el país, que con la curaduría de Carlos Palacios explora las influencias que tuvo el artista y el diálogo que se genera con otros creadores venezolanos, latinoamericanos y europeos de su época.

Oswaldo Vigas fue un artista fundamental de la escena del arte latinoamericano de la segunda mitad del siglo pasado, porque él construyó un relato sobre Venezuela que en su momento fue inédito; ese relato tuvo a su vez eco con otros artistas que también revisaron la figuración desde una narrativa que contemplaba la historia de sus países de origen y la idea de una historia común que se forja en la diversidad de narrativas que estos artistas promovieron, explicó a La Jornada Carlos Palacios.

La muestra Oswaldo Vigas: Mirar hacia adentro reúne obras de culturas africanas y sudamericanas, así como alrededor de 110 piezas de 27 artistas pertenecientes al acervo del MAM y de colecciones de instituciones públicas y privadas, entre las que se cuentan Manuel Álvarez Bravo, Thea Segall, Carlos Orozco Romero, Wifredo Lam, René Portocarrero, Joaquín Roca Rey, Carlos Mérida, Francisco Matto, Lilia Carrillo, Pierre Alechinsky, Oswaldo Guayasamín, Rufino Tamayo, Emiliano Di Cavalcanti y Elsa Gramcko, entre otros.

El discurso museográfico destaca la mirada precursora de Vigas, con atención a Venezuela, sus pobladores y su cultura popular. El artista encontró en las manifestaciones materiales de su historia prehispánica y en las culturas indígenas leyendas y mitos, mapa que orientó el conjunto de su obra pictórica, desde finales de los años 40 hasta su deceso, en 2014, convirtiéndose en uno de los pintores más importantes del arte latinoamericano de la segunda mitad del siglo XX.

El curador comentó en entrevista que fue muy importante entender que artistas como Wifredo Lam o el propio Tamayo trazaron una guía simbólica para los jóvenes de los años 50 y 60, porque, por lo menos en el caso venezolano, el arte que más visibilidad tuvo fue la abstracción geométrica, y Vigas hizo romper esta idea del arte como experiencia óptica, e introdujo la figura humana relacionada con su país, en lo cual tuvo que ver la influencia de Lam, con la cultura cubana, y Rufino Tamayo, con la figuración de su país.

Palacios explica que la exposición “combina la idea de una retrospectiva de su obra desde finales de los años 40 hasta prácticamente 2014, año de su fallecimiento. Por un lado, es una magna exhibición sujeta a su evolución como artista, y por otro cómo esa obra tuvo eco y cuáles fueron las influencias de su país en su obra.

Hay tres momentos en la exposición; uno tiene que ver con tres grandes temas trabajados de manera original, que fueron los indígenas venezolanos, el arte prehispánico y las festividades populares, y la religiosidad en Venezuela. Por otra parte, está todo ese universo latinoamericano de artistas que en sus respectivos países trabajaron esos mismos tópicos.

El curador agregó que se trata de una doble exposición, en la que se incluyen 48 piezas de Vigas para hacer una revisión del arte venezolano, y otra sobre el arte latinoamericano desde sus respectivos escenarios.

La muestra, que está dividida en los núcleos En búsqueda de lo primitivo, Mirar a Venezuela, y Latinoamérica y lo local: tiempo de mitos y magias, se exhibe en el MAM (Paseo de la Reforma esquina Gandhi s/n, primera sección, Bosque de Chapultepec). Permanecerá abierta al público hasta el 11 de febrero.