Domingo 3 de diciembre de 2023, p. 24
En el Centro Histórico el reto a mediano y largo plazo es evitar el despoblamiento, por lo que es prioridad rescatar los inmuebles que tienen uso habitacional y comercial
, y que el comercio se imponga a las viviendas, luego de caer en la cuenta de que algunos edificios son utilizados como bodegas, afirmó el coordinador general de la Autoridad del Centro Histórico, José Manuel Oropeza Morales,
El funcionario señaló que pasaron de 81 a casi 100 los inmuebles registrados en la mesa de vivienda de alto riesgo. Se ha estado trabajando, han estado saliendo declaratorias de utilidad pública y algunas expropiaciones, y a la par se labora con los que tienen expedientes por parte del Instituto de Vivienda (Invi)
.
Comentó que algunos habitantes aceptaron salir de las edificaciones de alto riesgo, previa firma de un convenio y con apoyo para el pago de sus rentas, pero otros siguen habitados, aunque se mantiene el diálogo con el Invi hasta que haya un acuerdo con proyectos departamentales.
Sin precisar la ubicación de los predios y el número de habitantes de los inmuebles, señaló que el instituto está a cargo del diálogo y acciones de mejoramiento de las viviendas en riesgo.
Por lo pronto, mencionó que ya están listas las edificadas para comunidades indígenas, que es una construcción nueva a cargo de la actual administración para ser habitada en la calle República de Paraguay, que se entregará pronto, al igual que en la calle 2 de Abril.
Oropeza insistió en que se deben rescatar inmuebles de alto riesgo y en ver cómo regular el cambio de uso de suelo a fin de evitar que la gente sea expulsada del Centro.
Aunque no dio cifras de los edificios ocupados por comerciantes, mencionó que es un problema complejo lo de las bodegas que no se resolverá a corto plazo, por lo que se debe revisar algún tipo de regulación a fin de tener más instrumentos para actuar.
En otro tema, antes de concluir el año se develará la escultura de Francisco Villa en el corredor peatonal Francisco I. Madero, para rememorar cuando el Centauro del Norte subió a una escalera para colocar un letrero que renombró esa calle.