Número 194 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Frente a El Zapotillo, los pueblos permanecen

Pugnas entre aguas agroindustriales y urbanas en Los Altos de Jalisco

Cindy McCulligh y Brenda Sofía Chávez Vázquez
Cindy McCulligh CIESAS Occidente Brenda Sofía Chávez Vázquez CIESAS Occidente

La presa El Zapotillo se construyó sobre el río Verde en Los Altos de Jalisco, una región que se ha encontrado entre las pugnas por el agua de León, Guanajuato y del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG). Mientras los tentáculos de estas dos urbes se extienden sobre esta región de creciente actividad agroindustrial y débiles sistemas municipales de agua y saneamiento, las dinámicas propias en torno a las aguas superficiales y subterráneas en el campo y las ciudades reflejan algunas de las problemáticas más acuciantes en el país. Aquí, la sobreexplotación y contaminación de las aguas se agravan al margen de regulaciones insuficientes y escasamente aplicadas.

Los veinte municipios de las regiones Altos Norte y Altos Sur albergan una población de 829 mil habitantes y a ciudades medias como Lagos de Moreno, Tepatitlán, San Juan de los Lagos y Arandas. Es una región semi-árida, con una precipitación promedio anual de 598.7 mm, pero con una importante producción agropecuaria. En 2022, en estos municipios se dio la producción del 48% del huevo en el país, así como el 16% de la carne de cerdo, el 14% de la leche, y el 5% de la carne bovina de México. Los últimos años también han visto la expansión del riego agrícola, al pasar de alrededor de 50,000 hectáreas en 2006 a más de 84,000 hectáreas en 2022. La gran mayoría de este riego es para maíz forrajero y maíz grano, y el 85% se riega con agua subterránea.

El municipio de San Juan de los Lagos ejemplifica diversos retos, además de procesos de acaparamiento del acceso al agua. Con una población de 72 mil habitantes, este centro de turismo religioso recibe alrededor de 7 millones de visitantes al año. En la cabecera municipal, sin embargo, el desabasto de agua es tal que las autoridades reportan proveer de agua a la población sólo entre 24 y 36 horas por semana. El agua se extrae de 37 pozos, así como del río San Juan, y ambas fuentes experimentan procesos de contaminación. En los registros de la Red Nacional de Monitoreo de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a este río es otorgado un semáforo de calidad rojo, debido a los altos niveles de demanda química de oxígeno y de coliformes, además de una toxicidad aguda de moderada a alta. Por otra parte, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud Jalisco de 2016 y 2017, pozos de abastecimiento público en San Juan de los Lagos tienen niveles de arsénico hasta más de doce veces el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (0.125 mg/L vs. 0.010 mg/L), y hasta siete veces el límite de fluoruros marcado en la norma de agua potable (11 mg/L vs. 1.5 mg/L). Análisis realizados por la Comisión Estatal del Agua Jalisco confirman que en diversos municipios de la región los pozos de abastecimiento tienen altos niveles de fluoruros y/o arsénico.

En San Juan de los Lagos, 95% del agua subterránea está concesionada para uso agropecuario, y grandes volúmenes se han otorgado a empresas individuales. Proteína Animal (PROAN) tiene sede en este municipio, y es el segundo productor de huevo a nivel global, además de producir carne de puerco y leche, entre otros. En el Registro Público de Derechos de Agua, el dueño de PROAN y sus socios cuentan con un volumen concesionado de más de 6.8 millones de metros cúbicos (m3) anuales, más del doble de los 3.2 millones concesionados para uso público urbano. Al analizar a los concesionarios con más de 200,000 m3/año, observamos que estos grandes usuarios tienen acceso a 56% del agua subterránea en el municipio. En el municipio con la mayor extensión de riego en la región, Lagos de Moreno, los grandes usuarios tienen otorgado el 73% del volumen.

Las problemáticas de acceso al agua no son privativas de un municipio, y se viven con más agudez por parte de los pequeños productores. Como en 2022 no se llenó el bordo de un productor de leche en el municipio de Acatic, al sur de la región, él tuvo que acarrear agua para sus 50 vacas de ordeña. “Yo andaba vuelto loco”, dice, por la necesidad de realizar de tres a cuatro vueltas por día, invirtiendo tiempo, además de pagar el agua y la gasolina. Perforar un pozo no es una opción en su caso, ya que los pozos a la redonda ya se perforan a más de 500 metros y el costo es prohibitivo. Incluso el pozo donde él iba a acarrear agua se secó, y la gente sospecha que es debido a un nuevo huerto de aguacate establecido a dos kilómetros, donde refiere que perforaron hasta 700 metros.

La presa El Zapotillo, como megaproyecto de infraestructura para dos grandes ciudades, buscó agua en una región mayormente rural y de fuerte actividad agropecuaria, generando impactos en las comunidades directamente afectadas. En la región misma, la sobreexplotación no controlada del agua, especialmente la subterránea, se asoma como un problema mayor que ninguna autoridad está atendiendo. Sus efectos ya se sienten en el campo y en las áreas urbanas, y se agravarán ante los escenarios de cambio climático y la intensificación de la extracción. •