Número 194 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
Miscelánea
Don Cirilo Tovar. Daniela Casimiro

Memorias vivas que resguardan el patrimonio biocultural del maíz en la Sierra de las Cruces

Laura Patricia Casimiro Hermenegildo Estudiante de la maestría en Gestión de la Innovación Rural Sustentable. Universidad Intercultural del Estado de México

Soy Laura Casimiro vivo en una comunidad originaria que se encuentra en la Sierra de las Cruces. San Juan Yautepec está inmersa entre lomas y un bosque de oyamel, encinos, ailes y ocotes. Mi comunidad históricamente ha hecho uso de sus recursos naturales, así como la milpa. Este majestuoso bosque y milpa que dan vida y alimento, se encuentran en riesgo de desaparecer por la presión que tenemos al estar cerca de la ciudad de México, el cambio de uso de suelo, desinterés generacional por mantener las prácticas, creencias y saberes que nuestros abuelos heredaron de sus padres y que ahora son quienes conservan en sus memorias. A pesar de esta presión sobre los recursos de mi pueblo, los saberes persisten en la memoria y acciones de los abuelos.

Este texto es un reconocimiento a los abuelos y abuelas que aún están presentes y resguardan en sus memorias un legado biocultural con relación al maíz y también aquellos que no menciono o que ya han partido al otro mundo, pero que son igual de importantes y que sus memorias siguen vivas ahora en nuestros padres.

Aún recuerdo con mucho respeto y cariño al Shópate (Maestro) Marcelo Gutiérrez quien impulso las escuelitas de Hiu hú (otomí). Él visitó a los abuelitos de las comunidades originarias de nuestro municipio y documentó sus testimonios. Gracias a él supimos que en tiempos antiguos mi comunidad era nombrada Nñantde Botdá que significa en Hiu hú cerro del maíz negro. Por esto, el maíz azul como comúnmente se le llama, está presente en nuestra cocina tradicional (tamales dobladitos, de hoja verde, de xocoyol, de dulce, así como pinole, tortillas y memelas que se les pone a los difuntos), además del blanco y pinto.

Doña Diega Urbina es una de las últimas abuelitas de mi pueblo a quien se le reconoce por hablar Hiu hú. Ella sabe los nombres y significados de cada maíz que se cultiva en la comunidad, pues la lengua resguarda una profundidad de respeto y lo sagrado del maíz que no tiene una traducción literal al español. Así, Don Fermín González y su esposa Fidela Peña siguen practicando y enseñando los rituales de nuestro pueblo, como la colocación, en su milpa, de una cruz con una mazorca el 3 de mayo, para pedir buena cosecha.

Don Cirilo Tovar resguarda uno de los conocimientos más importantes sobre el manejo del maíz. Como el uso del sincolote para secar su maíz (estructura que suele llegar hasta tres metros de altura), además, se basa en las fases de la luna para desgranar sus maíces que selecciona para semilla y evitar que se plague. Algunos de los recuerdos que tiene presente es el combate, una práctica que se realizaba al final de la última pizca, se echaban cohetes, comida y música con violín en algunos casos y las mandas que se hacían al santuario del divino rostro en Santa Cruz Ayotuxco, con el corte de los primeros maicitos. Don Pancho Galindo es de las pocas personas, quien, con su hija, lleva a bendecir sus semillas cada 2 de febrero. También él Sr. Alejo Torres hace la misma práctica de bendecir sus semillas, y ponerlas en su altar familiar, esto lo sigue haciendo para pedir buena cosecha. Él recuerda que cuando salían las viejitas como ellos las nombran (mazorca con dos cabecitas), su mamá las colocaba en el altar familiar.

Don Heraclio Peña tiene viva en su memoria cómo se forjo nuestra comunidad a través de faenas. Parte de este legado es un reconocimiento a sus hijos Octavio y Orlando, así como a Don Pancho y Don Juan González quienes son los últimos yunteros de nuestra comunidad. Don Pablo Coxtinica con quien tuve la oportunidad de platicar (antes de su partida), recordaba cómo era el trabajo de la milpa y todos los procesos que se realizaban alrededor de ella, junto con su familia han sido guardines del maíz por más de 100 años. Para el caso del Sr. Martín Mulato y su familia han sido guardianes del maíz por más de 40 años.

Don Antonio Valencia me ha dicho que “Los huehuenches” (danza tradicional) recorrían las calles de la comunidad y pasaban a las casas antes de semana santa, como hasta ahora lo siguen haciendo. Él sigue tocando la armónica para darle vida a cada paso, así como lo distingue su caracterización llena de colores y su vestimenta tradicional. El carnaval entorna a los huehuenches puesto que se menciona que durante esta práctica y al término de la guerra se repartían semillas, tamales, pulque y cañas, marcando así parte del inicio del ciclo agrícola. Actualmente está práctica ha cambiado mucho, pero siguen los esfuerzos por aun conservarla.

Los abuelos y abuelas de nuestra comunidad son quienes resguardan en sus memorias un legado biocultural con relación al maíz y como pueblo originario. Este patrimonio se encuentra en peligro de desaparecer, es así como la milpa y el maíz dan vida y resistencia a nuestros abuelos y padres que se oponen a la transformación de sus milpas por un pedazo de concreto. Los abuelos deben de ser escuchados puesto que todo el aprendizaje de su vida puede ser importante para dar un giro a los modos de vida actual. •

Huehuenches (de lado derecho es el señor Antonio Valencia). Daniela Casimiro
Don Cirilo Tovar junto a su sincolote. Daniela Casimiro
Hijos de Don Heraclio Peña (Orlando y Octavio Peña). Daniela Casimiro
Sr. Martín Mulato en la pizca de su maíz azul. Daniela Casimiro