El América desborda en cada liguilla las grandes expectativas que despierta su historia. Su nivel es tan alto y afilado que permite incluirle en el más popular de los debates futboleros: ¿es el candidato más fuerte a ser campeón? Las Águilas no sólo saben que pueden jugar bien y derrotar a rivales fuertes como el Pachuca, eliminado ayer en los cuartos de final de la Liga Mx Femenil con una diferencia demoledora (3-2, 9-2 global); sino que defienden el derecho a ser optimistas ante cualquier silenciosa preocupación.

Para un equipo que acostumbra a ganar la mayoría de sus partidos, lo que sorprende es la desertación de sus seguidores del estadio Azteca, un lugar que desde hace tiempo ha adquirido el aspecto de los antiguos teatros romanos, superado por los acontecimientos, el abandono y decenas de ruidos que hacen eco por la falta de gente. Con la piel gruesa de un elefante, las americanistas trataron de elevar aún así sus metas, sin escapar de la tentadora comodidad del resultado en la ida.

Aunque el 6-0 insinuaba un encuentro esforzado y muy cercano a la épica, las Tuzas mostraron condiciones para seguir compitiendo. Más de una vez advirtieron a la portera Itzel González con ataques individuales, entre ellos la jugada del gol de la nigeriana Ohale Osinachi que luego invalidó el VAR debido a una posición adelantada. Fue hasta el error de Kimberly Rodríguez, en un intento por retrasar de cabeza la pelota a González, que Viridiana Salazar pudo acercar a su equipo por primera vez en la serie (17).

Aquel descuido pesó como un yunque sobre la zaga americanista, pero sirvió de señuelo definitivo para reclamar a sus grandes figuras. Todas las miradas apuntaron entonces a Katty Martínez, la goleadora histórica de las Águilas, cuya manera de liderar el ataque hizo reflotar la moral de su equipo en dos minutos.

Tras una secuencia de movimientos dentro del área del Pachuca, la llamada Killer recibió un pase de Kiana Palacios y marcó el empate con un remate de derecha (37); casi en seguida, sin dar respiro a su rival, aprovechó una mala salida de la arquera Esthefanny Barreras y convirtió de cabeza el 2-1 para poner las cosas en orden (39).

Como en otros momentos de menor brillantez en el torneo, las americanistas encontraron en la regiomontana a su delantera más decisiva. Nada de lo que sobrevino después cambió en algo la historia para las Tuzas. Muy por el contrario, el tercer tanto que capitalizó Kimberly Rodríguez de cabeza (69), alimentó el descontento de un pequeño grupo de seguidores hidalguenses, que asumieron el vacío de su eliminación pidiendo la salida del entrenador Juan Carlos Cacho, a quien consideran el máximo responsable: ¡Fuera Cacho! Fuera Cacho!.

La última señal de la alegría se las brindó Charlyn Corral con el 3-2 definitivo (86), ya cuando sus compañeras sólo esperaban el silbatazo final. “El grito de ‘Fuera Cacho’ me lo vienen gritando desde que llegamos a la final con el América. Es parte del futbol. En ocasiones tiene razón la gente, pero si es por dos partidos, no podría dirigir ni en el barrio. No sé qué pueda pasar ahora con mi futuro”, señalaba el entrenador a su salida del Azteca, sin estar seguro de su continuidad en el cargo.