barata
n México hay un dicho que es muy cierto: lo barato sale caro
, y es el mejor para describir la irracionalidad de las políticas empresariales (disfrazadas de políticas energéticas) promovidas por vendedores que se hicieron pasar por expertos
, llevadas a cabo durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Los resultados de las reformas son muy predecibles. México no fue el primero en probar esta ideología basada en energía solar, eólica (VRE) como base del sistema y gas natural importado como respaldo con un mercado marginalista
.
Tenemos muchos ejemplos en el mundo, y a pesar del mantra que se repite –la energía solar y eólica son las más baratas
–, observamos una clara tendencia: a mayor cantidad de energía proveniente de estas fuentes, mayor es el precio que terminan pagando los consumidores finales por la electricidad. Esto viene acompañado de una reducción sustancial en la demanda eléctrica (ver el caso Alemán). Se confirma lo anterior en el reporte de la OCDE Los costos de la descarbonización (https://bit.ly/45BS4KG), en el estudio del Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago (https://bit.ly/3sexWzG) y en el informe de JP Morgan sobre la transición energética y las energías renovables (https://bit.ly/3P5WnrY), por mencionar algunos.
¿Estoy diciendo que no hay que transitar a energías limpias? No, estoy diciendo que hay mejores maneras de hacerlo. Siempre con una visión de que la electricidad es un servicio público, su consumo no es fin sino una herramienta para mejorar los niveles de vida y su acceso es una precondición de una vida digna. Esto nos obliga a buscar el mejor (más confiable, de mayor calidad, menores emisiones y menor costo) sistema de energía posible, que es, y será siempre, uno cuya base sea la energía nuclear. Seguro, uno que otro vendedor de VRE dirá pero la energía nuclear toma mucho tiempo y es muy cara, mejor tecnologías intermitentes (VRE) que son mucho más baratas
. Veamos por qué están en un error.
El fundamentalismo VRE utiliza la métrica de costo nivelado de electricidad
LCOE para decir que son más baratas. Bajo esa óptica se excluye al sistema y sólo se toma en cuenta lo que cuesta a nivel planta la producción de electricidad sin considerar las inversiones que cada tecnología conlleva para su correcta integración en un sistema. Para hacer una analogía, es como si al momento de comprar una llanta para un coche simplemente se comprara la más barata. Esto requeriría un nuevo rin y tuercas, ya que al comprar la más barata no sería del mismo tamaño. Seguramente duraría menos tiempo y se poncharía más rápido, obligando a tener un respaldo, y tener una llanta diferente a las otras generaría daños al coche (sistema), aumentando costos de mantenimiento y reparación. Pero si divido únicamente el costo de la llanta entre los kilómetros recorridos, será más barata que haber comprado la llanta necesaria.
Estas inversiones adicionales se conocen como costos de integración
y Lazard, la consultora pro VRE por excelencia, publicó (https://bit.ly/3YHMB2J) su reporte de anual y ha incluido dichos costos. La energía solar, incluyendo esos costos en Estados Unidos, tiene un LCOE de hasta 141 dólares/MWh y eólica 132 dólares/MWh. Estos costos aumentan de manera exponencial. Un nuevo estudio titulado Costos nivelados totales del sistema eléctrico (LFSCOE) (https://bit.ly/45Gh03u) publicado en el Journal de energía de Science Direct en noviembre de 2022 analiza los costos de diferentes tecnologías en Alemania. El LFSCOE de la energía solar es de mil 548 dólares/MWh, versus un LCOE de solo 36 dólares/MWh; en energía eólica es 504 versus 40.
Es decir, los costos adicionales para integrar solar son 42 veces más que los de la planta solar y 12.6 veces más en el tema eólico. Como contraste, para nuclear son 106 y 82, respectivamente, 1.3 veces, y recientemente en China, de acuerdo con el portal Carbon Brief y la Agencia Internacional de la Energía se alcanzaron LCOE de nuclear de 65 dólares/MWh (https://bit.ly/47M06lR).
Ejemplos de estos costos adicionales son almacenamiento, respaldo y capacidad de transmisión. Se nos ha querido hacer creer que sin masivas cantidades de líneas transmisión no habrá transición
, pero la realidad es que diferentes energías requieren diferentes cantidades. De acuerdo con JP Morgan, la energía eólica requiere 2.3 veces más capacidad de transmisión que la energía nuclear para llevar la misma cantidad de energía a la misma cantidad de personas. Los costos de interconexión de las VRE han aumentado 525 por ciento en los últimos 10 años. Entonces, ¿por qué es el modelo predilecto? Sencillo, porque es un negocio interminable, las VRE causan tantos problemas que siempre requerirán más y más y más soluciones, que, casualmente, los mismos promotores venden. ¿Qué más da que la población tenga mayores costos en la electricidad? Lo importante es el negocio. Hay que cambiar el modelo en México, si queremos un sistema eléctrico confiable, seguro, limpio y del menor costo posible, tenemos que dejar de lado la ideología VRE. Urgen cambios.
* Maestro en finanzas en el sector energético por la Universidad de Edimburgo. Especialista en temas energéticos