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Arqueólogos hallan ofrenda que data de la época de Moctezuma Ilhuicamina

Un cofre de piedra descubierto por el Proyecto Templo Mayor contenía 15 esculturas antropomorfas, conchas, caracoles y corales, entre otros elementos

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▲ La caja fue explorada entre enero y julio de este año por expertos del equipo del Proyecto Templo Mayor, dirigido por el arqueólogo Leonardo López Luján. Aquí, algunas de las piezas antropomorfas encontradas dentro del cofre.Foto cortesía INAH
 
Periódico La Jornada
Sábado 26 de agosto de 2023, p. 5

Arqueólogos e investigadores del Proyecto Templo Mayor anunciaron el descubrimiento de una caja de piedra con 14 esculturas antropomorfas masculinas y la miniatura de una figurilla femenina, dádivas asociadas con la etapa IV del Templo Mayor, que data de la época de Moctezuma Ilhuicamina.

La exploración que se hizo al cofre, entre enero y julio de este año, reveló al equipo del Proyecto Templo Mayor, dirigido por el arqueólogo Leonardo López Luján, que las esculturas fueron talladas en piedras metamórficas verdes; la más grande mide 30 centímetros de alto, en contraste con la miniatura de escasos tres centímetros. Además, presentan rasgos esquemáticos característicos del estilo Mezcala de la sierra norte de Guerrero.

Los arqueólogos del INAH Alejandra Aguirre Molina y Antonio Marín Calvo, quienes hicieron el hallazgo y trabajaron en el depósito, junto con la restauradora Sofía Benítez Villalobos y el maestro Juan Ruiz Hernández, concluyeron que, una vez traídas a Tenochtitlan, las esculturas fueron objeto de una resignificación religiosa.

Según lo evidencian restos de pintura facial, alusiva al dios de la lluvia, Tláloc, añadida por los mexicas a una de las figuras.

El cofre también contenía dos pendientes con forma de serpiente de cascabel y 137 cuentas de diversas piedras metamórficas verdes, así como arena marina y mil 942 elementos de material calcáreo, entre conchas, caracoles y corales; se sabe que provienen de las costas del océano Atlántico, conquistadas por la Triple Alianza en tiempos del primer Moctezuma. Su identificación biológica estará a cargo de Belem Zúñiga Arellano, integrante del Proyecto Templo Mayor.

Dádivas bajo cabezas de serpientes

El interés de los arqueólogos por la ofrenda descubierta surgió al corroborar un patrón visto antes en otras, el cual consistía en cofres de piedra que habían sido sepultados como ofrendas dedicatorias bajo las cabezas monumentales de serpientes de la plataforma del Templo Mayor.

“En náhuatl clásico, estos cofres eran conocidos como tepetlacalli, de tetl, piedra, y petlacalli, caja de petate. En sus hogares, los mexicas acostumbraban guardar en cofres de petate sus pertenencias más preciadas, como plumas finas, joyas o prendas de algodón, y, si lo vemos desde el Templo Mayor, que representa a una montaña sagrada repleta de mantenimientos, podemos imaginar a los sacerdotes almacenando en estas ‘petacas de piedra’ los símbolos por excelencia del agua y la fertilidad: esculturas de los dioses de la lluvia, cuentas de piedra verde, conchas y caracoles”, concluyó López Luján en un comunicado.

Para el próximo año, el Proyecto Templo Mayor solicitará al Consejo de Arqueología del INAH autorización para remover temporalmente una cabeza de serpiente que se emplaza en el costado norte del Templo Mayor, con miras a explorar bajo su base, ya que los investigadores tienen la hipótesis de que hay un par de ofrendas más.