Ecosistema de economía solidaria, una experiencia en Pachuca, Hidalgo. “Aceptamos Tumin”
Introducción
Comer de lo nuestro para vivir mejor. Con esta forma más lógica y sana de plantear la alimentación, influimos directamente en la producción para satisfacer las necesidades de la población local, comunitaria o territorial, al mismo tiempo que nos conectamos con la naturaleza y con el buen vivir. Alcanzar la Soberanía Alimentaria en el mundo urbano (por ejemplo, huertos de traspatio, verticales y azoteas verdes) pasa, inevitablemente, por un cambio cultural de nuestra forma de consumir. Llevar una alimentación en donde la base sean las verduras, frutas, cereales, leguminosas y semillas puede brindarnos muchos beneficios para nuestra salud, economía y estilo de vida, y también tiene repercusiones positivas en el medio ambiente y la soberanía alimentaria, al ser una de las más sostenibles.
Dinamismo Juvenil y el Centro Cultural Ángela Peralta, como organizaciones aliadas, compartimos valores y causas comunes como el ecofeminismo y la economía solidaria, creemos que la cultura comunitaria, debe estar acompañada de prácticas liberadoras, y de lucha social para frenar la cadena de violencia, saqueo e injusticia. Estamos en Pachuca, Hidalgo, y creemos firmemente que la organización y producción de nuestro consumo es uno de los actos más liberadores en el mercado neoliberal.
Desde la Agroecología
Como organizaciones, nos hemos unido para fomentar en la práctica el respeto a la madre Tierra y sus seres vivos. Desde el 2014 hemos estado trabajando, impulsando talleres de elaboración de huertos para lograr la soberanía alimentaria con perspectiva de género al involucrar a toda la familia. Hemos logrado abrir horizontes para recuperar los grandes saberes ancestrales de la siembra del propio alimento, involucrando a niñas, niños y familias en general. Hemos capacitado a más de 150 familias. Durante los talleres se ha hecho énfasis en la igualdad de derechos de una vida buena de mujeres y hombres y todo lo que esto implica en expresiones de cariño y cuidado de la familia. También tratamos de impulsar un lenguaje inclusivo en todo momento.
Los talleres se han impartido tanto a niñas, niños y a sus familias. Quienes han logrado iniciar sus huertos verticales o de traspatio, con el apoyo tanto de abuelos como de abuelas y, en algunos casos, como la siembra de frijol que fue apoyado por los papás, esta práctica nos ayudó a analizar sobre el buen vivir en sus hogares, en la escuela y en sus comunidades y cómo, desde su ser mujer u hombre pueden ser parte de la economía del cuidado.
En los talleres también estamos presentando el tema del trueque y su importancia para salir de la carencia, ya que si yo produzco naranjas, puedo truequear mi excedente por jitomates, espinacas, verdolagas, etc. Teniendo una serie de productos para la transformación de nuestros alimentos sin tener que invertir dinero, sino que la fuerza para cubrir nuestras necesidades alimentarias, son nuestros propios productos. Se compartieron recetas de alimentos basadas en plantas. Comer de lo nuestro y de lo que truequeamos. Se intercambiaron saberes, como por ejemplo: cómo hacer tortillas de maíz y nopal, cómo guisar con espinacas, acelgas, quintoniles, cómo hacer deliciosas ensaladas verdes, así como caldos de hongos y setas. En fin, hay tantas formas de guisar nuestras verduras y hortalizas, tantas formas de nutrirnos sanamente de nuestros huertos, y cómo reconstruimos el tejido comunitario al intercambiar productos y saberes.
Fortalezas desde nuestro Ecosistema de Economía Solidaria
- La soberanía alimentaria y el nutrirse sanamente desde las plantas que producimos.
- El trueque, ya sea de producto a producto, de producto por servicio o de producto por saber y viceversa.
- La transformación de alimentos. El Centro Cultural Ángela Peralta produce: queso végano, leche de almendras, crema de cacahuate, humus de garbanzo, chiles y verduras en escabeche. Estos productos los oferta en el mercado social tumista.
- La formación y organización en la práctica. Dinamismo Juvenil ofrece cursos, talleres y diplomados basados en la Educación Popular, para formar y organizar en la práctica los ecosistemas territoriales de economía solidaria.
- El impulso del arte y cultura. Transformando el pensamiento colonialista a un pensamiento liberador, al fortalecer los saberes y prácticas comunitarias y el uso de sistemas alternativos al intercambiar productos y servicios (como la moneda social, el trueque, el don). Esto lo hacemos en red, con organizaciones e instituciones locales, como son la Comuna Ecosol de Hidalgo, el Nodo de Economías Transformadoras para comunidades unidas, y con la red del Tumin Tolteca. Las actividades que ofrecemos son: festivales artístico-culturales en articulación con las redes locales, donde se fortalece a lxs artistas alternativos y a lxs productores.
- También impartimos los siguientes cursos para poder ser sostenibles como organizaciones: de yoga, de guitarra, de zwing, de terapias de salud alternativas y otros que van surgiendo a partir de los intereses de lxs participantes.
- El uso de la moneda social para el intercambio de productos y servicios, el Tumin, que es una de las monedas alternativas de México que retoma las prácticas ancestrales para apoyar las economías locales.
Los aprendizajes
Estas prácticas nos abren espacios para crear redes sociales de cuidado y acompañamiento, al compartir las alegrías, tristezas y la vida misma, pero también nos fortalece como comunidad al impulsar redes colaborativas solidarias, donde la fortaleza son nuestros productos, servicios y saberes y no el dinero bancario, así como también fortalecer la cultura e identidad de nuestro territorio donde se impulsa la vida, y el respeto a la naturaleza.
Conclusiones y retos hacia la sostenibilidad
Sabemos por propia experiencia, que la alimentación basada en plantas es suficiente para lograr los requerimientos necesarios para una vida saludable, sabemos que podemos y debemos reconectar con la tierra, con el suelo limpio, con las plantas, las bacterias, los hongos, y en general con todo el ecosistema, y retornar como parte de él en una conexión espiritual, por tanto, debemos regresar a escuchar nuestra intuición, a sentir cómo nuestro corazón nos dice por dónde transitar a una vida de paz sin violencia y con libertad para todos los seres.
Hemos aprendido que en comunidad siempre se logra más y se aprende mejor con la riqueza de los saberes y las experiencia de todas las personas, por eso estamos construyendo un espacio pedagógico colectivo, con baño seco y compostero que alimente el huerto, así como también un jardín para polinizadores con plantas endémicas de la región centro del país, para que contribuyamos al equilibrio con otras especies además de la humana. Estamos diseñando un sistema de captación de agua de lluvia y, finalmente, a través de un huerto urbano, protegido por organizaciones de fomento al trabajo comunitario y local, cultivar plantas medicinales y alimentos básicos y de cuidado, se fomenta la alimentación saludable y compasiva basada en plantas, dando a conocer sus beneficios para todos los seres y el ambiente a través de actividades como degustaciones, clases de cocina, charlas sobre naturaleza animal, feminismo antiespecista, veganismo y visitas al huerto.
Seguiremos impulsando las espirales económicas comunitarias donde se pueda fortalecer la soberanía alimentaria, los mercados alternativos utilizando la moneda social, el trueque y el don, y así acceder a lo que necesitamos para nuestro buen vivir, fomentando los principios y valores comunitarios y de cuidado de la vida y la naturaleza desde una perspectiva de género. •