A manera de introducción
La RedESSO, Red de Economía Social Solidaria de Oaxaca, es un colectivo del sector social en el estado de Oaxaca. Se creó en el 2020 con la misión de contribuir en procesos transformadores colectivos, en los ámbitos social, económico, ambiental, de impacto local y regional, mediante la implementación de estrategias, vinculación de asociaciones y articulación de acciones o proyectos que fomenten la economía social y solidaria.
Una de las localidades en donde se ha tenido participación es la comunidad de Xaagá, San Pablo Villa de Mitla, Oaxaca, realizándose un diagnóstico durante el año 2020 para la viabilidad de proyectos que coadyuvaran en la solución oportuna a necesidades de la población, basándose en los diversos valores y principios de la Economía Solidaria.
El proyecto impulsó la economía solidaria y la soberanía alimentaria desde un enfoque agroecológico, a través de la implementación de un huerto comunitario como referencia, para replicarse en los hogares de las familias beneficiarias.
Derivado de la priorización de acciones, cara al diagnóstico previo, se estableció el objetivo de crear y establecer un “Centro de Aprendizaje” en esta localidad, teniendo como objetivo principal el generar un espacio de intercambio de saberes, para fortalecer sus procesos de autonomía, fomentando colaboración, confianza, solidaridad, comprensión y ayuda mutua, y contribuir al desarrollo comunitario.
Espacio para desarrollar talleres como huertos de traspatio en los que se pudieran fortalecer los conocimientos previos y adquirir otros nuevos, cultivar hortalizas y hierbas que les permitiera a las personas mejorar la disponibilidad de alimentos limitados.
Para ello, fue necesario concientizar a lxs participantes sobre temas de agroecología a fin de que visualizaran que esta forma de cultivo sería lo oportuno en el contexto de la contingencia, y más sustentable en el tiempo.
Logros y aprendizajes
Se realizó un pequeño huerto comunitario donde se compartieron las responsabilidades tomando en cuenta la participación, cooperación y el compromiso de cuidar la siembra, regarla e informar a lxs participantes de los avances en el crecimiento. Para ello, primero se organizó un grupo integrado por representantes de al menos 10 familias, quienes se organizaron para proponer una pequeña parcela en la que se realizarían los talleres y la implementación de la metodología de siembra de hortalizas, para que después, cada integrante replicara la dinámica con sus respectivas familias. El proyecto se desarrolló en tres etapas principales:
1.- Sesión de sensibilización
En esta sesión se implementó un taller participativo para identificar la percepción de su comunidad, evaluación de principios teóricos, identificación de saberes previos, la preparación del abono y la siembra en tres semilleros de rábano, chile, cebolla, cilantro, calabacita y zanahoria. Dichos semilleros quedaron a cargo de 3 responsables que cuidarían de ellos por 15 días para que en la siguiente sesión fueran trasplantados los brotes.
2.- Siembra y trasplante de semillas
En un segundo taller se realizó el trasplante de semillas germinadas y la siembra del huerto comunitario. Se implementaron técnicas sencillas y se colocaron dos camas para comparar la cosecha con abono orgánico comprado y uno sin el mismo, incentivando con ello la producción de los propios insumos para mejorar el suelo. Una vez definida el área para su implementación, se preparó la tierra para trasplantar las semillas ya germinadas.
3.- Cuidado y seguimiento
La tercera etapa se realizó con la búsqueda y autogestión de semillas, integrándose algunos paquetes iniciales, que constaban de un semillero y semillas de brócoli, betabel, rábano, epazote, perejil y calabacita de bola. Se generó a su vez una calendarización de visitas y reuniones con el fin de fortalecer los saberes y evaluar un eficiente cultivo bajo condiciones amigables con el ambiente.
Finalmente se realizó una convivencia con lxs participantes y familias, quienes compartieron impresiones y retroalimentación tales como: “me gustó la paciencia y la forma en que nos explicaron las facilitadoras la forma de cultivo”, “no conocía nada de cultivos, pero me interesó desde que hicieron la convocatoria”. Así mismo reconocieron que el trabajo en equipo es más fácil de sobrellevar para ver acciones inmediatas.
Conclusiones y retos
El grupo organizador concluye que en este proyecto hubo una respuesta favorable, principalmente mujeres y jóvenes, quienes de manera entusiasta realizaron las actividades y aportaron sus saberes en todas las dinámicas, así mismo a partir del fomento del tequio y la ayuda mutua se entusiasmaron contagiando a otrxs pobladores de la comunidad, sensibilizando a las autoridades locales con su ejemplo para poner en práctica el fortalecimiento del “Centro comunitario de Aprendizaje”.
La autogestión y la apropiación de los proyectos son la mejor semilla hacia la continuación y consolidación de los mismos, sin embargo, es importante la guía y la automotivación de lxs actores claves dentro de lxs participantes para dar seguimiento o crear nuevas iniciativas, existiendo un enorme reto de compromiso y educación al respecto. •