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Rulfo tenía una forma muy compleja de ver la vida

Juan Pablo y Juan Carlos, hijos del escritor, dieron a conocer el penúltimo capítulo de una serie documental sobre su vida que se puede ver en una plataforma de streaming

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▲ El autor y dos de sus hijos situados en el mismo sitio en distintas épocas.Foto grama de 100 años con Juan Rulfo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 12 de marzo de 2023, p. 5

Guadalajara, Jal., Por las mismas calles del centro de Guadalajara, donde Juan Rulfo paseó y cortejó, hace más de 75 años, a su esposa Clara Aparicio, dos de los cuatro hijos de esta pareja, Juan Pablo y Juan Carlos, presentaron hace unos días el sexto de siete capítulos de la serie documental 100 años con Juan Rulfo, y recordaron en una charla con el público al hombre severo pero simpático que fue su padre, después de que en la pantalla apareció Eduardo Galeano diciendo a la cámara: Mis tres autores favoritos son Juan Rulfo, Juan Rulfo y Juan Rulfo.

La proyección del penúltimo capítulo del documental, que se gestó en 2017 con motivo del centenario del natalicio del escritor, se hizo en una pantalla instalada al aire libre con la Catedral Metropolitana y los ruidos de la ciudad como telón de fondo, formando parte de las actividades de Guadalajara Capital Mundial del Libro.

Juan Carlos, autor del serial que puede verse en la plataforma de Prime Video; el séptimo capítulo, con el que cerrará el ciclo y que será emitido el 22 de abril, resume los anteriores episodios y da una conclusión.

Hacer la serie fue un pretexto para conocer esos momentos guardados, que no había tocado tal vez por pudor; fue un pretexto para conocerlo más, porque el arte permite tener ese pretexto para ir más allá de la vida cotidiana. Nos da una visión poliédrica del autor, de un personaje que no es plano, que tiene muchas caras, expresó Juan Carlos en entrevista con La Jornada.

En diálogo con los asistentes, el tema del lugar donde nació Rulfo surgió, como siempre, por la disputa cordial, pero insistente, que varios municipios del sur de Jalisco sostienen para adjudicarse ser la cuna del autor de Pedro Páramo.

A lo mejor aquí nació (en Guadalajara) y luego se lo llevaron a Sayula, y ahí lo registraron. Luego fueron a San Gabriel, y ahí enterraron el ombligo, y luego se fueron a Apulco a darle chupón, bromeó Juan Carlos.

Juan Pablo, agregó: Lo que suponemos es que no sabemos. Él decía que nació en Apulco, simbólicamente, porque está registrado en Sayula y vivieron en San Gabriel. Entonces nos planteamos la posibilidad de que hubiera nacido en los tres lugares (...) Por tanto, declaramos que nació en los tres lugares.

Vigilias y aguacates

Juan Pablo, nueve años mayor que Juan Carlos, narró cómo fue vivir en familia con Rulfo.

Tenía un horario muy peculiar: trabajaba todas las noches y dormía un par de horas en la mañana, cuando amanecía. Oía música, escribía, leía; decía que si tuviera una profesión, sería la de lector. Nuestra vida casera era de mucha discreción para no despertarlo, éramos muy cuidadosos, por eso tenemos el habla muy baja y parece que no queremos que nadie nos oiga.

Recordó que una vez vio a su padre subir con agilidad a un árbol de aguacates que él, pese a ser más joven, no pudo trepar ni a la primera rama, lo que lo dejó con el resignado papel de recogedor de fruta.

Era de gran agilidad porque había sido escalador de montañas, senderista, era delgado, pero muy firme. Tenías que adivinarle qué quería; esa discreción que aplicaba en su vida era en todo sentido, uno tenía que estar muy atento para no ser inoportuno, inapropiado, no porque él lo pidiera, sino que nos tenía como desconcertados, era muy inquietante; no era fácil. Su manera de interpretar la vida, de ver las cosas, sus gustos, era muy amplia; igual podía oír música clásica que ranchera; tenía una percepción de la realidad muy compleja.

En entrevista antes de la emisión del documental, Juan Pablo recordó también cómo fue su padre como famoso escritor, personaje que además de disfrutar de la discreción ejercía la ética ante la creación, algo “que sería muy bueno para reflexionar hoy día, ya que en el actual medio artístico e intelectual hay un afán de exhibirse y de imponerse.

Él evadía todo eso, atendía estrictamente el fenómeno de la creación; se preguntaba para qué crear, qué sentido hay de la creación. No lo hacía ni por dinero, ni por privilegios, ni por estatus. Esa es una parte muy importante de su legado hacia nosotros como hijos: se crea porque es necesario crear.

Negó que su padre hubiera sido uno de los primeros autores del realismo mágico, ya que su obra no es magia, es metarrealismo.

Es una crítica severa a la pobreza y la marginación. Un reclamo a la reforma agraria tal como se dio, no a la gente que trabajaba la tierra, sino en pago a favores.

Respecto de la decisión de llamar Juan a sus hijos (el tercer hermano varón se llama Juan Francisco), Juan Pablo rió y dijo que fue un plan con maña: “Y es que cuando llamaban a la casa por teléfono y preguntaban por Juan, yo cuando estaba les preguntaba: ‘¿cuál Juan?’”.