Sábado 11 de marzo de 2023, p. 4
Ciudad Victoria, Tamps., Familiares de estadunidenses secuestrados en México dijeron que una supuesta disculpa del cártel mexicano al que se le atribuye el ataque ha servido de poco para aliviar el dolor causado por la agresión hacia sus seres queridos, quienes al final resultaron asesinados o heridos.
En una carta obtenida por The Associated Press a través de un agente del orden público del estado mexicano de Tamaulipas, la facción Escorpión del cártel del Golfo se disculpó con la población de Matamoros –donde los cuatro estadunidenses fueron secuestrados–, con la mujer mexicana que murió en el incidente y con los estadunidenses atacados y sus familias.
Más tarde ese día, el padre de Shaeed Woodard, uno de los dos estadunidenses que murieron, dijo estar sorprendido de que el cártel se haya disculpado por el violento secuestro.
He estado tratando de encontrarle sentido durante toda una semana. Simplemente, estuve inquieto. No podía dormir, no podía comer. Es una locura ver que te quiten a tu propio hijo de esa manera, de una manera violenta como esa. No se lo merecía
, expresó James Woodard a los periodistas el jueves.
El primo de Eric Williams, quien durante el secuestro recibió un disparo en la pierna izquierda, declaró que su familia se siente muy bien
sabiendo que está vivo, pero no acepta ninguna disculpa del cártel.
No va a cambiar nada sobre el sufrimiento por el que pasamos
, afirmó Jerry Wallace a Ap el jueves. Wallace, de 62 años, pidió a los gobiernos de Estados Unidos y México que aborden mejor la violencia de los narcotraficantes.
Hemos decidido entregar a los involucrados y responsables directos en los hechos, quienes en todo momento actuaron bajo su propia decisión e indisciplina
, se lee en la carta, que agrega que esos individuos habían ido en contra de las reglas del cártel, que incluyen respetar la vida e integridad de los inocentes
.
Un funcionario de seguridad estatal indicó que cinco hombres fueron encontrados atados dentro de uno de los vehículos que las autoridades habían estado buscando, junto con la carta.
Denuncia anónima
La denuncia anónima que permitió a las autoridades mexicanas llegar hasta una cabaña donde estaban los secuestrados mencionó a hombres armados, personas vendadas de los ojos y mucho movimiento en una finca de un área remota.
Las autoridades se dirigieron a una zona rural al este de la ciudad de Matamoros el martes en la mañana, primero por carretera y después por caminos de tierra en busca del lugar descrito, según documentos de la pesquisa local que Ap examinó ayer.
Finalmente, vieron la cabaña de madera lejos de casas o establecimientos, rodeada de maleza, y también una camioneta tipo pick up blanca estacionada que coincidía con aquella a la que fueron subidos los estadunidenses el 3 de marzo. Después escucharon a alguien que gritaba: ¡ayuda!
Dentro de la cabaña, según los documentos, Latavia Tay McGee y Eric Williams tenían los ojos vendados. Al lado de ambos estaban los cadáveres de Shaeed Woodard y Zindell Brown, envueltos en mantas y bolsas de plástico. A la llegada de las autoridades mexicanas, McGee y Williams les gritaron desesperadamente en inglés.
Un vigilante en el lugar que intentó escapar por una puerta trasera fue detenido rápidamente, de acuerdo con los documentos. Llevaba puesto un chaleco estilo militar, aunque no se menciona que estuviera armado.
Los cuatro estadunidenses habían cruzado hacia Matamoros desde Texas porque McGee iba a hacerse una cirugía estética. Más o menos al mediodía, los estadunidenses fueron baleados en el centro de la ciudad y después subidos a la camioneta pick up. Otra amiga, que permaneció en la ciudad texana de Brownsville, llamó a la policía después de que no pudo comunicarse con el grupo que había cruzado la frontera. Una mexicana, Arelí Pablo Servando, de 33 años, también murió, al parecer por una bala perdida.