Trece cineastas indígenas obtuvieron el apoyo de Imcine mediante el Estímulo a la Creación Audiovisual en México y Centroamérica para Comunidades Indígenas y Afrodescendientes (Ecamc) 2023, creado para impulsar historias contadas desde las voces y miradas de sus comunidades.

En los proyectos seleccionados están representados siete pueblos originarios, dio a conocer la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través Imcine, y publicó los resultados de la convocatoria del Ecamc 2023.

En esta quinta edición del estímulo fueron seleccionados 13 proyectos presentados por personas de los pueblos originarios bats’i vinikotik (tzotzil), chatino, náhuatl, ñuu savi (mixteco), otomí, p’urhépecha (tarasco), yoreme (mayo) y binnizá (zapoteco). De ellos, cinco provienen de Chiapas, tres de Oaxaca, uno de Sonora, dos de Puebla, uno de Michoacán y otro de Veracruz.

También se cuentan otros dirigidos por mujeres y siete por hombres. La totalidad de los directores se autodescribe como indígena y 77 por ciento habla un idioma propio de su pueblo. Todos los proyectos serán grabados en una o varias lenguas originarias.

Por género cinematográfico, ocho son documentales, tres de ficción y dos combinan documental y ficción. En cuanto a su duración, nueve son largometrajes y cuatro cortometrajes; además, ocho son apoyos para producción y cinco para posproducción.

Los trabajos seleccionados son: Antes había… entre la agonía del vuelo y el canto, de Eloísa Juárez Romero, pueblo náhuatl (Puebla); Danzando con demonios, de José Gilberto Mercado, pueblo mayo (Sonora); De aspecto indígena, de Juan Antonio Méndez Rodríguez (Xun Sero), pueblo tzotzil (Chiapas); He visto caer la lluvia, de Abraham Avíla Quintero, pueblo otomí (Veracruz de Zaragoza); Japingua, de Celina Yunuen Manuel Piñón, pueblo tarasco (Michoacán de Ocampo); Jvabajom-Músico, de Humberto Gómez Pérez, pueblo tzotzil (Chiapas); La Raya, de Yolanda Cruz Cruz, pueblo chatino (Oaxaca); Nichimal Tseb, de Dolores Santiz Gómez, pueblo tzotzil (Chiapas). Ser muxe, de Juan Ernesto Regalado Morales, pueblo zapoteco (Oaxaca); Snichimal Abtelal, de Ana María Vázquez Hernández, pueblo tzotzil (Chiapas); Sueños que migrar, de Juan Javier Pérez Pérez, pueblo tzotzil (Chiapas); Techiq, de Missael Sánchez Arce, pueblo náhuatl (Puebla), y Valentina o la serenidad, de María de los Ángeles Cruz Murillo, pueblo mixteco (Chiapas).

Los proyectos ingresarán a un programa de formación en línea en la que trabajarán su carpeta de producción, lo que les facilitará presentarse a las diferentes convocatorias de apoyos al cine, como el Programa Fomento al Cine Mexicano (Focine), el Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción y Distribución Cinematográfica Nacional (Eficine) y el Programa Ibermedia, entre otros.

Asimismo, recibirán el estímulo económico y el acompañamiento de orientadores a lo largo de un año, y asistirán a la Residencia Ecamc, a realizarse en junio en las instalaciones de La Albarrada, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

Ahí, durante una semana recibirán asesorías y cursarán talleres especializados, intercambiarán ideas, experiencias y conocimientos con los miembros de la comunidad.

El Ecamc es una de varias convocatorias mediante las cuales la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Imcine impulsan la descentralización y la inclusión en la formación y la producción audiovisual, reconociendo la diversidad cultural de México y Centroamérica.

A partir de su creación en 2019, el Ecamc ha impulsado a realizadores indígenas y afrodescendientes de distintas regiones del país para que sean las películas hechas desde sus propias voces y miradas las que tengan mayor presencia dentro del cine nacional contemporáneo.

Actualmente hay tres cintas con apoyo del Ecamc terminadas: Mamá, de Xun Sero; Mi no lugar, de Isis Ahumada Monroy, y La espera, de Celina Yunuen.