En las zonas secas de México, se han practicado las agrosilviculturas desde hace 9000 años. Agrosilviculturas se refieren a las prácticas que se realizan en las parcelas de cultivo donde se toleran, promueven o cultivan plantas silvestres como lo son los cardones, los nopales, los chichipes, los magueyes y los mezquites junto con otros cultivos anuales. Estas prácticas mantienen al 70% de la diversidad biológica que existía originalmente en la vegetación. Contribuyen a la soberanía alimentaria, pues las milpas suelen ser los cultivos principales y alrededor del cuarenta por ciento de las plantas silvestres de las parcelas agrícolas sirven como alimento (flores, frutas, semillas).
El Valle de Tehuacán Cuicatlán (VTC) es una región semiárida rica en diversidad biocultural, forma parte de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (RBTC) y es Patrimonio Mixto de la Humanidad desde el año 2018.
Los habitantes de este lugar perciben cambios en los patrones de precipitación y temperatura; éstos desincentivan el cultivo de la milpa, las prácticas de tolerancia, fomento, trasplante y siembra de especies perennes y forestales nativas y/o útiles, así como el abandono o disminución de las prácticas de manejo de suelo y agua. Las políticas públicas han operado desde la incomprensión de las personas y los sistemas que las sostienen. Esto, ha derivado en la simplificación e intensificación de los sistemas agrosilvícolas originarios tendiendo a policultivos y monocultivos de agave (agavización), jitomate, papaya y pitayas. Tal simplificación ha ocasionado la reducción de la cobertura forestal en estas parcelas y eventualmente, en su abandono. Otras implicaciones incluyen la pérdida de conocimiento del manejo local del agua, del suelo, de bio y agrobiodiversidad, la predicción climática y la ritualidad. A la par, el consumo de bebidas destiladas de los agaves se ha incrementado dramáticamente en los últimos 10 años. El mezcal está teniendo un auge sin precedentes, situación que ha sido aprovechada económicamente por algunos grupos, pero en detrimento para los productores y los territorios que habitan.
Para hacer frente a esta situación, se creó la organización “Sauane Katchu” (“sembradores de maguey” en injiva) que integra 124 agrosilvicultores de los municipios de Tehuacán, Zapotitlán y Caltepec. La gran mayoría de los integrantes provienen de comunidades con historia y organización social en la región. Los agrosilvicultores participantes son mujeres y hombres entre los treinta y sesenta años. Esta organización lleva seis años de trabajo (desde el 2016), asesorada por la Dirección de la RBTC. Como organización, estableció acuerdos para definir necesidades conjuntas, aun cuando el territorio no muestra homogeneidad ambiental y social donde se ubican parcelas. La organización, en 465 hectáreas, maneja bajo cultivo tres especies nativas de maguey “papalometl “(Agave potatorum), maguey “pitzometl” (A. marmorata) y maguey pulquero (A. salmiana), las dos primeras especies para producción de mezcal, y para pulque las dos últimas.
En la zona, el manejo de estas especies hasta hace 20 años era extractivo o agrosilvocultural en el caso de las especies silvestres como pitzometl, el cual se ha utilizado para la producción de pulque, el empleo de los quiotes como vigas y nidos, el consumo de las cacayas y la elaboración de barbacoa con las pencas o como leña. En las terrazas agroforestales o agrosilvícolas (“coaxustles”, melgas, lama-bordo y apantles), es donde se ha mantenido el cultivo de maguey pitzometl a través del trasplante de los hijuelos, así como las plantas que han sido dispersadas y que crecen debajo de plantas nodrizas que permanecen en estos sistemas. Recientemente este maguey ha sido utilizado para la producción de mezcal en sistemas agroforestales por los participantes del proyecto.
En los talleres con los integrantes de Sauane Katchu, se registraron prácticas agrosilvícolas como franjas contra la erosión y árboles aislados, relictos de vegetación, cercos vivos y barreras rompe-vientos, manteniendo alrededor de 45 plantas nativas silvestres. Los agrosilvicultores usan estas plantas como lujo (belleza u ornamentación de las plantas en la parcela), sombra, forraje, medicinal, comestible, combustible, leña, alimentario y hábitat de insectos comestibles, entre otros. Las parcelas de Zapotitlán Salinas de Sauane Katchu presentan una cobertura arbolada promedio del 59% del área de la parcela. En los montes cercanos a las parcelas agroforestales se conservan magueyes pitzometl en parches de bosques y matorrales. De acuerdo con los datos generados en los talleres de colecta y germinación por los integrantes de Sauane Katchu, un solo agave puede producir alrededor de 300,000 semillas con altas tasas de germinación (más del 90%). No obstante, para estas plántulas es fundamental el nodricismo en los primeros años de vida desde la germinación y el establecimiento. Además, en estos sistemas se mantienen prácticas entomoagroforestales para la obtención de insectos comestibles conocidos como “condachos”, gusanos de maguey y “cuchamá” asociadas a los magueyes mencionados y a leguminosas como el palo verde (Parkinsonia praecox). En los mezquites (Prosopis laevigata) habitan los “cocopaches”. También incluyen el manejo de ganado caprino, equino, bovino y asnal. Este manejo se encuentra asimismo asociado a estrategias de conservación de suelo y agua con los objetivos de disminuir la degradación de los suelos, a través de prácticas de conservación de suelo y agua en las barrancas y abanicos aluviales a través de los sistemas de lama-bordo y la construcción de los “coaxustles”, los cuales datan de períodos previos a la colonización. Estas prácticas se integran a un complejo manejo de la diversidad paisajística en conjunto con sistemas forestales diversos conservados y huertos familiares para aprovechar la poca precipitación a la que se puede acceder (300-500 mm en el municipio de Zapotitlán Salinas) y mantener el suelo y su fertilidad.
Como observamos, éstas son las formas en las que se ha producido en la región y se apuesta por reconocer estas relaciones de largo plazo como agrosilviculturas y como la base de las alternativas al modelo de agavización y de abandono agrícola en los territorios semiáridos y áridos de México. •