Martes 8 de noviembre de 2022, p. 10
Aplausos comedidos acompañaron la entrega de diplomas y medallas, éstas con el nombre de Alfonso García Robles, premio Nobel y emblema de la diplomacia mexicana. Los recipiendarios, integrantes del servicio exterior con antigüedades de 26 a 53 años.
El aplauso mayor, por mucho, fue para la embajadora eminente Martha Elena Bárcena Coqui, quien representó a nuestro país en Washington entre 2018 y 2021.
Bárcena dijo que es lamentable que en la sociedad mexicana no se sepa, no se entienda ni valore el enorme sacrificio personal y familiar
de muchos miembros de la diplomacia mexicana.
No somos, como me dijo un político, privilegiados que no entienden
la actual transformación del país. “No, al contrario, somos, en muchos sentidos, en el exterior, la cara de México, el rostro de los más vulnerables, el trabajo por los más vulnerables, para todos los que van a las cárceles, a los hospitales…”
Este fue el momento del aplauso más fuerte. Siguió la embajadora eminente: Hay que conservar la dignidad personal en todo momento, y hay que enseñar eso a las jóvenes generaciones. Porque un funcionario sin dignidad personal no puede defender la dignidad de su país. Con esa visión hay que trabajar con las nuevas generaciones y defender al servicio exterior mexicano en todos los foros
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Bárcena anunció su retiro en diciembre de 2020, tras constantes desencuentros con el canciller Marcelo Ebrard. Desde su salida, se ha erigido en permanente crítica de la conducción de la política exterior.
El escenario del breve discurso de la embajadora fue la conmemoración del Día del Diplomático Mexicano, celebrada en la sede de la Asociación del Servicio Exterior Mexicano (ASEM), que agrupa a embajadores retirados y funcionarios que ocuparon diversas posiciones en las representaciones en el exterior. De manera simultánea se celebró el aniversario 201 del establecimiento del SEM.
En ese acto se brindó un reconocimiento a los socios jubilados que han sido miembros de la ASEM por más de 25 años.
El evento fue encabezado por el embajador David Nájera, presidente de la ASEM, y 35 personas recibieron reconocimientos a su labor.
La lista la encabezaron Bárcena y Raúl F. Valdés y Aguilar, ambos embajadores eminentes. También fueron homenajeados otros diez embajadores en retiro, así como dos decenas de funcionarios que ocuparon distintos cargos, de ministros a técnicos administrativos.
Los jubilados recibieron un diploma y una medalla recién instituida que lleva el nombre de Alfonso García Robles, en homenaje al premio Nobel que tuvo un papel destacado en el tratado para la proscripción de las armas nucleares. Igualmente, Valdés y el embajador David Nájera, presidente de la ASEM, develaron una placa con la leyenda: A la memoria del vicecónsul Jesús Silva Mendo, quien desapareciera realizando labores de protección en Guatemala, en octubre de 1981
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