Número 178 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
El bosque y su gente
San Juan Teposcolula, año 2019. Anabell Ortiz Ibarra

La Mixteca Alta, de la erosión a la transformación del paisaje

Anabell Ortiz Ibarra. Doctoranda del TecNM Campus Oaxaca Nancy Gabriela Molina-Luna TecNM Campus Valle de Oaxaca. Enrique Martínez y Ojeda TecNM Campus Oaxaca Joel Martínez López Universidad de la Sierra Juárez

La región de la Mixteca en Oaxaca se subdivide en: Mixteca Alta, Mixteca Baja y Mixteca de la Costa. La Mixteca Alta se localiza al oeste del estado, su paisaje está caracterizado por la presencia de montañas, cerros, riscos y peñascos. Esta subregión presenta serias limitantes ambientales, como lluvias escasas e irregulares y una reducida capacidad productiva del suelo. Su orografía y el desarrollo de actividades antropogénicas favorecen la erosión del suelo, problema por el cual está catalogada como una de las superficies con mayor grado de erosión a nivel mundial.

Los proyectos de reforestación en la región

En la Mixteca Alta se han ejecutado proyectos de conservación y restauración de suelos como medida para la atenuación y recuperación de los suelos degradados. Los primeros proyectos fueron implementados en 1935 a cargo del hoy extinto Departamento Forestal y de Caza y Pesca. De 1940 a 1960 se comenzó a dar un mayor peso a las reforestaciones, sin embargo, los resultados no fueron los esperados debido a la alta dependencia de los subsidios gubernamentales, el abandono de las plantaciones y el poco involucramiento de la población local. Desde el 2001, la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) se ha encargado de establecer los programas de apoyos para el desarrollo forestal sustentable y compensación ambiental. En el periodo 2007-2012, ProÁrbol fue el programa del Gobierno Federal que financió al sector forestal, mientras que, en el año 2013, el Programa Nacional Forestal (PRONAFOR) subvencionó las acciones de restauración. Ambos programas tuvieron la encomienda de conservar, proteger y restaurar los recursos forestales de la nación, y de generar empleos en las zonas rurales.

Modelos de organización comunitaria

En la Mixteca Alta diversas comunidades han ejecutado proyectos de conservación y restauración de suelos. A continuación, se presentan dos modelos de organización comunitaria: en San Juan Teposcolula, desde el 2007 hasta el 2014, se han reforestado 125.125 hectáreas con problemas de erosión como resultado de la alianza entre ProÁrbol-PRONAFOR-la comunidad. Las reforestaciones se hicieron por medio del tequio, y para decidir qué predios de uso común serían reforestados, se sometió a consenso en Asamblea Comunitaria.

Mientras que en Santa María Chachoápam, la organización comunitaria para las reforestaciones inició en la década de 1980 con la plantación de casuarinas y cedros en el acceso principal de la comunidad. Sin embargo, hace 14 años, los tequios se organizaron formalmente para reforestar con el apoyo de los programas de la CONAFOR, lo que ha dado como resultado la reforestación de 142.540 hectáreas con problemas de erosión.

La transformación del paisaje

Las reforestaciones produjeron modificaciones en el paisaje, entre ellas, el incremento de la cobertura arbórea y la generación de materia orgánica. Los habitantes locales mencionan que antes de las reforestaciones el suelo tenía una coloración blanquizca y desprovista de materia orgánica, sin embargo, en la actualidad presenta un color grisáceo y está acolchado por yujía, término con el que se refieren a las acículas de los pinos. Al respecto, un integrante del Comisariado de Bienes Comunales de San Juan Teposcolula menciona: “La tierra reforestada ya no está como antes, ya hay pájaros, ardillas y ya no está erosionada como antes, aunque pasen los aguaceros, ya no deja esas zanjas (cárcavas por erosión hídrica)”.

La percepción local que se tiene acerca de las áreas reforestadas no es propia de esta generación, sino que incluye a las generaciones futuras: “Las mejorías de las reforestaciones, mis nietos o mis hijos las aprovecharán”. “(...) platico con mi hijo, lo invito a que conozca mi visión para que algún día le dé seguimiento. A mi hijo, le he enseñado cómo se plantan los árboles para que le siga”. De manera que las áreas reforestadas, además de transformar el paisaje de la Mixteca Alta, se convierten en un espacio que crea identidad y sentido de pertenencia.

La provisión de servicios ecosistémicos por las áreas reforestadas

En las áreas reforestadas de la Mixteca Alta los servicios ecosistémicos (SE) de aprovisionamiento (aquellos que se obtienen de los ecosistemas como los alimentos, el agua dulce, leña, fibras y recursos genéticos) y soporte (indispensables para la producción de los otros SE, como la formación de suelos, reciclaje de nutrientes y la producción primaria), son los más notorios para los habitantes, de los cuales destacan la infiltración de agua, la retención de cárcavas y el crecimiento de la vegetación asociada con un incremento del 60% en la cobertura de pastos, 20% de hierbas y 15% de arbustos. Tal como lo mencionan: “Después de las reforestaciones abundó el agua y se puede sembrar otras hortalizas en temporada de estiaje. El ojito de agua ha crecido, se puede tomar de esa agua, ¿cómo le explico? antes se llenaban los pocitos, los arroyitos y hasta allá. Ahorita, se llena y corre el agua en menos tiempo, antes tomaba un día en llenarse los almacenamientos y ahora se llena en medio día y sigue corriendo el agua”.

Expectativas en torno a las áreas reforestadas

La transformación del paisaje y la provisión de SE, permiten a los habitantes de la Mixteca Alta crear expectativas de aprovechamiento de las áreas reforestadas donde el arbolado tenga una edad mayor a los 20 años. Entre las acciones que podrían implementar se encuentra la formulación de un reglamento que asegure la gestión comunitaria de los Productos Forestales No Maderables (PFNM) (resinas, fibras, ceras, tierra de monte, entre otros) y los Productos Forestales Maderables (PFM) (papel, madera y caucho) de dichas áreas. Al respecto mencionan que: “(…) para elaborar un reglamento nosotros lo someteríamos a la Asamblea de comuneros y con los mismos del pueblo, (…) a lo mejor extraer una madera y sembrar otras más, el derecho sería de todos”, “los recursos que podemos sacar son madera, plantas, tierra, flores, porque ya hay”.

Con la creación del reglamento se limitaría el aprovechamiento de los PFNM y PFM exclusivamente a las familias de la comunidad donde se ha reforestado, también se aplicarían sanciones económicas y administrativas en caso de incumplir las reglas establecidas. No obstante, los habitantes de la Mixteca Alta reconocen la falta de apoyo de las instancias gubernamentales o de instituciones académicas para cumplir sus aspiraciones. En palabras de los entrevistados: “Hay muchas reglas (que se podrían implementar), pero no estamos preparados, necesitamos que alguien nos ayude, nos oriente”.

Asimismo, manifiestan que es necesario considerar la sanidad de las áreas reforestadas para poder aprovecharlas, ya que existen diversas zonas afectadas por el escarabajo descortezador, por plantas parásitas o que presentan la raíz torcida conocida como “cola de cochino”, por lo que se requiere que las instancias gubernamentales pongan énfasis en el desarrollo de las capacidades locales para el manejo de estas áreas.

Recorrido de reconocimiento por Santa María Chachoápam, Nochixtlán. Anabell Ortiz Ibarra

Las experiencias analizadas muestran cómo los habitantes de las comunidades de la Mixteca Alta se apropian de su territorio con acciones que ayudan a la restauración del mismo, con la finalidad de mejorar su bienestar y construir un escenario más próspero para las futuras generaciones. •